¿Cómo podemos confiar, si las profesiones que otrora convocaban a la reconstrucción de los rasgos más humanos también han quebrado sus principios?
No sé si las nuevas expresiones de la cultura popular disfrazadas como deporte llamen la atención del arte, pero la corrida de toros cautivó a los artistas durante los siglos XVIII al XX.
El ímpetu de irse y trasplantar sus raíces es inevitablemente más fuerte que resignarse a quedarse inmóvil ante la necesidad económica o el desarrollo profesional.
El odio, la desesperación y la ira nos gobiernan. No obstante, lo que más nos hace falta es evitar las reacciones preestablecidas y buscar nuevos aires y dinámicas diferentes.
El peso que las iglesias han tenido en las relaciones sociales del país y que en gran medida han sido parte de las causales del estado en que nos encontramos.
El alborotador, a la luz de quienes desean mantener un orden de la injusticia, se convierte en promotor de transformaciones para una vida humana viable –ganada aun a costa del sufrimiento.
A lo largo de civilizaciones y culturas nos encontramos con las narraciones que hacen del mundo nuestro hogar y un marco de seguridad y confianza ante los cambios dramáticos y las vicisitudes, o simpl
El Popol Wuj nos da un acceso a una esfera de la experiencia donde el poder femenino indudablemente fue predominante constituyendo una auténtica ginecocracia.
Este matriarcado construyó un régimen legal donde el poder femenino hacía posibles las relaciones entre los miembros de la comunidad.
Lo que encontramos en los relatos de la Recordación Florida son relaciones míticas que intentan unir a la fuerza la diversidad y someter al que es diferente.