Blog Danza cósmica: Bienvenido Argueta
Uno de los relatos bíblicos más impactantes es la intervención de la mano del Dios judío y cristiano para emancipar a su pueblo de la esclavitud.
Como primera advertencia del significado que tiene la libertad y la vida, envió a su representante en la tierra para que le dijera al Rey esclavizador: “El Señor Dios de los hebreos, me ha enviado para decirte esto: Deja salir a mi pueblo… mira golpearé con el bastón que hay en mi mano las aguas del Nilo y se convertirán en sangre: los peces del Nilo morirán, el río quedará apestado y… no serán capaces de beber agua del Nilo”.
La negativa del rey efectivamente convirtió al río Nilo, que se caracterizaba por su claridad, en un inmenso torrente de sangre y de muerte. Esta narración bíblica podría ser disminuida para algunos cristianos por ser parte del Antiguo Testamento. Sin embargo, este texto interconecta directamente con la celebración de la última cena que Cristo comparte con sus apóstoles, en la cual se conmemora el inicio doloroso pero ejemplar de su pueblo que se emancipa.
En la actualidad las ambiciones de quienes detentan el poder real y juegan a ser dioses, someten a condiciones de pobreza a millones de guatemaltecos. Sus deseos incontenibles de enriquecimiento han llevado a sus hechiceros a contaminar ellos mismos las aguas. El 6 de junio del 2015, los aldeanos que viven a las orillas del río la Pasión observaron cómo miles de peces y otras especies flotaban muertos por la contaminación, debido a un derrame proveniente de una de las empresas, que ejerciendo todo tipo de influencias quedó impune.
También durante el año 2015 hubo manifestaciones comunitarias por el desvío de los ríos. No solo la contaminación es parte del problema. El poder ha llevado a que el bastón de los poderosos recurra a la ingeniería. Sin importar los efectos al ambiente y a la vida humana se han apropiado de uno de los escasos bienes naturales al que aún tenían acceso miles de guatemaltecos. Las acciones para resolver esta situación por parte del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales se detuvieron y lo que parecía ser una solución racional y pacífica se ralentizaron.
Recién la semana pasada, el río Salamá se tiñó literalmente de rojo como el río Nilo. Desafortunadamente este caso no fue una advertencia en un relato bíblico. Al igual que la mayoría de los ríos se han contaminado con químicos que los envenenan, con las consecuencias de convertirse en torrentes de desolación y muerte. Como es de esperarse iniciarán las investigaciones para dar tiempo y que el olvido vuelva a cubrir en un manto de impunidad este tipo de hechos.
La contaminación y desviación de los ríos parecieran ser una aterradora adaptación o un pastiche de la biblia, que combina la primera plaga del éxodo con la historia de Job. Alguien carente de fe afirmaría que Dios abandonó a su pueblo y que se puso de lado de quienes lo retienen y no son capaces de reconocer sus derechos.
La irracionalidad a la que estamos llegando pone en riesgo la vida y la fragilidad de una paz con pies de barro. Sin embargo, este tipo de hechos tiene un límite. Si ahora la gente tiene que excavar para buscar un agua que difícilmente hallarán, si las empresas siguen contaminando y esparciendo la muerte, ante nuestros ojos veremos el levantamiento de quienes han sido víctimas de estos atropellos y Dios, indudablemente, se pondrá de su lado y dirá “Hasta aquí llegará y no más, aquí se romperá la soberbia de tus olas”.