Tras el inicio de la pandemia, la última despedida a un ser querido cambió totalmente por las medidas para evitar contagios, provocando que muchos no puedan decir adiós adecuadamente a un familiar o amigo.
La pandemia está afectado muchos de nuestros patrones culturales: familiares, religiosos, educativos, profesionales y a muchas personas el aislamiento les está costando mucho.
Morirse en medio de esta crisis es más duro para los familiares.
Una mujer asegura que hasta US$28 mil anuales gana por llorar en funerales ajenos.
Así de volátil, como suelen ser las noticias, es la vida. Una semana nos tiene escribiendo sobre la hermosa profesión del periodismo y siete días después nos obliga a velar a tres colegas.
