La ironía es aquello que sucede de forma inesperada y parece una burla del destino. Irónico es, entonces, que la semana anterior haya escrito una entrada a mi blog sobre el periodismo, exaltando el valor no solo de esta profesión sino de todas, recordado las palabras de Heloína (la señora amable del nombre extraño que entrevisté y me agradeció por mi labor) y que hoy me encuentre aqui, sentado en el mismo lugar, escribiendo en la mismas computadora sobre el mismo tema pero con otras noticias.
Pareciera que el 2018 (apenas el primer mes que llevamos) ha sido un año un triste para el periodismo del país. El fallecimiento de Ileana Alamilla, presidenta de la APG, nos tomó a todos por sorpresa. Quienes la conocían bien lloraron la pérdida y quienes no lo lamentamos profundamente, porque sabíamos el personaje que era y la lucha que había emprendido por el periodismo en Guatemala.
Sin embargo, esta semana fue brutal. El 30 de enero todo el gremio despertamos con la noticia de que Julio Santos, periodista de El Periódico, había muerto en un accidente de tránsito. Honestamente, no lo conocía. Mis colegas si. Se respiraba un aire de pésame en la redacción. El Periódico lo definió en un conmovedor artículo como “Un comunicador íntegro que dedicó diez años de su vida a contar Guatemala, los últimos cinco desde las páginas de elPeriódico”.
Además, el proceso judicial comienza para el diputado Julio Juárez, quien es investigado por el asesinato de dos periodistas en el 2015. Danilo López, corresponsal de Prensa Libre, y Federico Salazar, de Radio Nuevo Mundo, murieron en Mazatenango en un cruel asesinato. Se presume que Juárez es el autor intelectual y que el crimen se debe a intereses políticos divulgados por los medios de comunicación. Quien fuera el culpable intentó silenciarlos con la muerte. Pero como diría un colega, “le salió el tiro por la culata” porque a los periodistas no se les puede callar. Un hecho lamentable y si Juárez es culpable, también es un fuerte golpe a la política del país.
Por si fuera poco, la muerte siguió tocando las puertas del gremio. Los cadáveres de dos personas fueron localizados este jueves en finca Cristalina, Santo Domingo Suchitepéquez. Uno de los cuerpos es el del periodista Laurent Castillo Cifuentes, corresponsal de Nuestro Diario en Coatepeque, Quetzaltenango. El otro era Luis Alfredo de León Miranda, trabajador de una emisora local. No los conocía, pero nuevamente los vientos fúnebres invadieron los medios. No los conocía, pero la muerte de un periodista se siente. Eran colegas. Todos somos colegas.
Así de volátil, como suelen ser las noticias, es la vida. Una semana nos tiene escribiendo sobre la hermosa profesión del periodismo y siete días después nos obliga a velar tres colegas.
