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Las emociones forman parte de la vida de todos los humanos, son necesarias para nuestro desarrollo y es una de las principales características que nos separan de otros seres vivientes. Tal y como muestra la película de Disney “Inside Out” (“Intensa Mente” en español) cada una de las emociones que experimentamos juegan un papel en nuestras vidas y la tristeza no es la excepción. Sentirse triste de vez en cuando es una parte fundamental de la experiencia humana, especialmente en momentos difíciles o retadores. Sin embargo la persistencia de tristeza, ansiedad, desesperanza y desinterés por las cosas que antes se disfrutaban son síntomas de depresión. De acuerdo a los datos de la Organización Mundial de la Salud, esta enfermedad es un trastorno mental que afecta globalmente a 300 millones de personas de todas las edades, siendo mas frecuente en las mujeres.

Depresión o Insomnio ¿Qué aparece primero?




El insomnio es el trastorno del sueño más común en personas con depresión. La presencia de insomnio casi diaria, es considerado uno de los criterios de diagnóstico de la depresión según la Asociación Estadounidense de Psiquiatría. La relación que existe entre el sueño y esta enfermedad es muy compleja, ya que la depresión puede causar problemas de sueño pero al mismo tiempo el dormir poco o mal puede causar o contribuir al desarrollo de un trastorno depresivo, algo así como el eterno dilema de ¿qué fue primero, el huevo o la gallina? Por ejemplo, el estar deprimido es un síntoma que se presenta en distintos trastornos del sueño como el insomnio, la narcolepsia y la apnea obstructiva del sueño. El síndrome de piernas inquietas, un trastorno neurológico que causa molestias en las piernas y problemas para dormir, también está asociado con la depresión. El 40% de las personas con este síndrome refieren síntomas que podrían ser diagnosticados equivocadamente como depresión si no se toma en consideración que podría ser un trastorno del sueño.

Lo que queda claro es que la calidad y eficiencia de sueño esta directamente relacionada con la salud emocional. Dormir mal o dormir poco puede desencadenar trastornos de ansiedad, depresivos y adictivos. Una investigación ha señalado que el insomnio en sujetos sin depresión, tienen un riesgo diez veces mayor de desarrollar esta enfermedad en comparación con aquellas que duermen bien.

Aquellos que padecen o han experimentado en alguna etapa de su vida insomnio crónico, pueden afirmar que es una sensación de agonía que llega a convertirse en una batalla física y psicológica contra la ansiedad, frustración, cansancio excesivo y el tener que desempeñar las tareas del día. Y si esto sucede de forma regular y constante es fácil caer en un estado de profunda desesperación que va mas allá de algo mental, convirtiéndose en algo orgánico que afecta la calidad de vida.

Alteración de la arquitectura del sueño en la depresión

Las personas deprimidas pueden presentar una serie de síntomas de insomnio, como dificultad para conciliar el sueño, dificultad para mantenerse dormido, sueño no reparador y somnolencia diurna. Sin embargo, los expertos sugieren que el riesgo de desarrollar depresión es más alto entre las personas a las que se les dificulta conciliar y mantener el sueño.  Además de la información subjetiva a de los síntomas del sueño en la depresión, existen cambios objetivos en la arquitectura del sueño. Las personas con depresión presentan períodos de vigilia mas largos y frecuentes a lo largo de la noche, menor eficiencia de sueño, más tiempo para conciliar el sueño, períodos de sueño REM mas cortos pero con mayor predominancia en la primera parte de la noche donde en teoría se debe de entrar al sueño reparador. Por otra parte el sueño profundo no-REM se ve acortado. El no dormir tiene un alto impacto en la calidad de vida de estas personas y es un factor de riesgo fuerte de suicido.

Entre más buscamos el sueño, menos lo encontramos

Lo primero que recomiendo en caso de tener problemas para dormir es analizar los hábitos y la higiene del sueño que se tiene actualmente. Pueden revisar mis notas anteriores donde hablo de este tema, puede que la respuesta al problema este en un cambio de vida sencillo. Si los problemas persisten a pesar de modificar estos factores, es necesario consultar con un profesional de la salud (médico, nutricionista, psicólogo) que puedan determinar que no haya un problema psicológico, complicaciones médicas o interacciones medicamentosas que puedan estar causando las dificultades para dormir.

FUENTE

Sleep disorders as core symptoms of depression 

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