De una buena causa nació querer emprender un sueño imagen

Ayudar a una causa despertó en este emprendedor cumplir el sueño de tener un negocio propio.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Con la intención de ayudar a la operación de una perrita callejera que había sido dejada en una veterinaria a causa de un accidente, Julio nunca imaginó que al querer recaudar fondos se convertiría tres años después en un restaurante ya establecido.

Al ver que un perro sería sacrificado debido a su condición, este emprendedor decidió encargarse de los gastos de la operación. Pero debía ingeniárselas de qué manera podía recaudar los fondos, así fue como un amigo le sugirió vender comida, ya que siempre le había gustado y sabía prepararla muy bien. Un fin de semana se armó con unas mesas y unas sillas enfrente de un terreno en su colonia donde antes había sido un predio y una escuela, la manta simplemente decía: “Venta de ceviches a beneficios de animales sin hogar”, recuerda.

Vendió tanto ese día que logró pagar la operación de la perrita y es como el entusiasmo por tener un negocio propio se hizo realidad. De esta manera, con las ventas dio el primer pago del local y comenzó Cevichería Mostaza. Julio admite que no fue fácil al comienzo, ya que contaba simplemente con unas mesas plásticas y banquitos en un pequeño local, unas mantas, así como la incertidumbre de saber si funcionaría, pero estaba determinado a continuar. 

Para su sorpresa se llenó de clientes el primer fin de semana y cuatro meses después logró expandirse a todo el espacio que alquilaba. Todo este esfuerzo gracias a su empeño de darse a conocer, porque recuerda salir a la garita de su colonia con una bandeja llena de muestras de su menú de mariscos para que los vecinos degustaran y poco a poco obtuvo más clientela.

“Tenía un trabajo en el que me iba muy bien, pero la inquietud de tener algún negocio propio siempre estaba en mi cabeza y es así como una buena causa me animó a hacerlo realidad”, relata Julio. Hoy, no olvida a los más necesitados y quien por todo esto comenzó, por lo que él junto a su novia Fabiola cada mes dona alimentos y vacunas a refugios de animales sin hogar.

A pesar de estar sobrellevando la emergencia que se ha dado en el mundo debido al COVID-19 y en el cual muchos negocios se han visto afectados, para este joven no hay obstáculos y es como implementó al 100 por ciento las entregas a domicilio, para seguir garantizando un ingreso a las personas que colaboran con él. “Al comienzo cuesta mucho, pero soy de la idea que hay que hacerlo funcionar y sin abandonar, mi novia dice que a veces soy muy extremista, pero me ha funcionado”, cuenta entre risas.

No hay nada que detenga a este emprendedor que cada día atiende personalmente a sus clientes y se asegura que su pedido llegue a sus hogares con las medidas de higiene correspondientes. Trabaja usando guantes, gel y una bolsa previamente desinfectada, que son las normas para seguir trabajando a pesar de cualquier situación. 

Fuente: Facebook e Instagram Cevichería Mostaza

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