Chapines en USA: raras formas de extrañar Guatemala imagen

Los guatemaltecos en Estados Unidos marginaron el tamal, el chuchito y los elotes. Sus nostalgias son otras y Relato cuenta que descubrió con una sola pregunta. ¿Qué extrañan de este país?

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Chapines en USA: raras formas de extrañar Guatemala

Añoran las iguanas. Un paseo por la sexta. Y hasta el humo de las camionetas.

Relato lanzó la pregunta a los cibernautas radicados en los Estados Unidos, legales o no, ¿qué era lo que extrañaban de Guatemala desde que se fueron? Cosas muy raras salieron a relucir, entre ellas, ir colgados de una camioneta o estar en la feria de Chiantla.

Las melancolías son diversas en los chapines, algunos con tres décadas de haberse ido a tierras lejanas para superarse económicamente.

Como cualquier mortal que busca otros destinos, lo lógico es pensar que la familia es lo primero que se echa de menos, pero no, las predicciones fallaron. Salvo algunos que dijeron que “la parentela se extraña porque mujeres y comida se puede conseguir en cualquier lado”. Otros no lo pensaron.




Los guatemaltecos sienten nostalgia por la mara del colegio. Y hubo algunos que admitieron les hacen falta los amigos de la cuadra, “aunque a los míos, los han matado casi a todos por la delincuencia” opinó otro.

Los más atrevidos, sin tapujos contestaron que sienten un dejo de tristeza por los bares de La Florida y El Trébol. La Línea salió a relucir en esas nostalgias.

Pero no la que usted está pensando, aquella de los políticos presos en el Mariscal Zavala, no. Se refirieron a la línea del tren, la que está en la zona uno, donde por unos cuantos quetzales se vende placer.

Y hubo expresiones más de ultratumba que dijeron que se echa de menos el sepelio de un familiar y no poder estar en ese momento.

La comida resulta ser otro motivo para sentir a la patria. No cualquier comida que quede claro.

El chipilín, esa hierba silvestre es una de las delicatesen que, el paladar de quienes están en el Norte, echa en falta. Así también como hay quienes mueren por degustar un mango verde.

Los más tradicionalistas no dejan su tamal o pache, eso les trae los momentos de fiestas.




Y los menos conservadores se apuntan a contestar que la cerveza Gallo los hace pensar en este país que dejaron.

En el peor de los casos hay quienes se fueron degustando esa comida propia de la costa, la iguana, y hoy ese sabor es una añoranza en su boca.

Los más excéntricos mueren por comer gallo en chicha, eso porque los transporta de Estados Unidos a Jutiapa, Zacapa o Chiquimula, alguien les contesta que la tienda Walmart los llevaban, pero escasearon.

Que el loroco y atol blanco, sean parte de los deseos reprimidos de los chapines en Estados Unidos es algo que no compite con el chao mein casero, el que lleva verduras partidas en cuadritos o lajas y carne de pollo.

Respuestas hubo, atípicas, pero la más chispuda fue decir que extrañaban a la Baldetti porque está ricota, juzgue usted a qué se refieren.

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Fuente Guatemaltecos en Estados Unidos

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