Mamá abortista imagen

Mamá abortista es aquella que voluntariamente ha interrumpido sus sueños por amor a sus hijos.

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Por favor, no se confundan, no me voy a referir a la mujer que se ha negado la oportunidad de ser mamá y ha decidido quitarle la vida a otro ser humano so pretexto de que su cuerpo le pertenece. Quiero alabar a la mamá que voluntariamente ha abortado sus sueños por amor a sus hijos.

Sabemos que el camino de la maternidad está lleno de sentimientos desde el mismísimo momento en que nos dan la noticia que en nuestro cuerpo se resguarda la vida de un nuevo ser humano. Esos meses de espera son fabulosos, las emociones se intensifican y provocan que se tengan días con más dramatismo que otros.

El parto es el momento en que finaliza un proceso interior y marca el inicio de uno nuevo, uno que dura eternamente y está fundamentado en el amor –con contadas excepciones–.

Es el amor puro que nos lleva a los desvelos, que despierta el instinto de protección y que crea un vínculo con ese pequeño ser de unas cuantas libras que va creciendo hasta convertirse en un niño, jovencito y adulto. Podemos decir que la maternidad se vive desde dos perspectivas: la de la madre y la de los hijos.

Según el diccionario, el término “abortar” se refiere a “Interrumpir de forma natural o provocada, el desarrollo del feto durante el embarazo”.

La palabra interrumpir es la que pone en contexto esta columna, pues he visto de cerca a muchas mamás, que motivadas por el amor interrumpen voluntariamente sus sueños por sus hijos, dejan en espera sus planes o sueños personales. Sé de algunas, que ante la noticia de un embarazo de alto riesgo dejan el trabajo y se quedan en cama por meses para procurar que su bebé se desarrolle sano. Otras posponen su formación profesional para velar en primera línea el crecimiento de sus hijos.

Crecí con una madre que por amor pospuso sus planes personales, no sé cuántas ocasiones se quitó el pan de la boca para que sus dos hijas pudiéramos comer, infinitas veces la vi limpiar sus lágrimas –aunque intentó ocultarlas– para que no nos preocupáramos, también la vi sentarse en su máquina Singer para confeccionarnos ropa, concedió el perdón para que pudiéramos crecer con nuestro padre… Mi madre aprendió a dar antes que recibir, ella es una abortista del egoísmo por amor.

Además, ha demostrado que no solo es una mujer valiente, sino también sensible, resiliente, abnegada y cariñosa, así que espero que estas palabras afirmen que sus hijas, sus nietos y que cada miembro de la familia se siente afortunado de tenerla y sobre todo que Dios le haya ampliado la licencia para seguir llenando nuestra existencia con su amor.

Así, de manera tan sutil doña Cony me enseñó a valorar la vida y a entregarlo todo sin reservas.

¡Gracias mamá por tus sacrificios voluntarios!

Soy privilegiada de haberme convertido en madre de dos mujeres, fue hasta que se materializó ese milagro que comprendí cuán grande puede ser el amor por un hijo y he tratado de imitar su ejemplo.

Al hablar de vida también se hace necesario citar la muerte. Ese dolor que se produce en el alma de una madre que pierde a un hijo, no importa si apenas es un bebé que se está gestando o un hijo de 5, 30 o 50 años. Para ellas no hay edad que compense ese vacío y ninguna palabra las consuele.

Por otro lado, el dolor de la pérdida de mamá. Un hijo nunca será lo suficientemente grande para resignarse a vivir sin su amor reflejado en un abrazo, en una receta o una palabra… Lo sé porque he visto el profundo dolor con que amigas han despedido a su madre… Mis respetos a ellas que viven honrando la memoria de esa gran mujer que las formó.

Creo que el Día de las madres es una grandiosa oportunidad para agradecer esos sacrificios que mamá ha hecho por nosotras y si –como yo– tienes la dicha de tenerla a tu lado ¡exprésale tu profundo agradecimiento y amor! No sé si es con notas, con regalos, con palabras o con tiempo que puedes llenar su tanque emocional, pero provoca que se sienta la mujer más importante de tu existencia.

Acompaña esa muestra de amor con una oración para que Dios la bendiga, la guarde y la llene de salud para que siga iluminando tu vida.

¡Feliz día, mamita!

“Dios no podía estar en todas partes y por eso creó a las madres”

Rudyard Kipling

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