Carla no fue asaltada, porque sabía de defensa personal imagen

Carla tenía dos años de practicar defensa personal, cuando intentaron asaltarla, ella logro darle un golpe al ladrón y escapo.

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Carla Mazariegos es una estudiante de veterinaria en la Universidad de San Carlos, desde pequeña le ha gustado caminar sola y no tiene vehículo propio, por lo que utiliza el transporte público.

Cuando empezó la universidad su mamá le dio varias recomendaciones:

No vayas tan provocativa a la universidad, porque los hombres son aprovechados.

Si vas caminando y alguien te empieza a seguir, toca en una casa.

 Si alguien te agarra por atrás, trata de pegarle en el estómago.

Eso sorprendió a Carla, porque no imaginaba las cosas que iba a vivir, al ir a la universidad sola.

“Cuando iba en segundo año de la U, tenía una clase por la noche y salía a las 9:00 p.m., algunas veces mi familia me iba a traer, pero otras no. Esa noche salí y abordé un bus 203, para que me llevara a la Parroquia, allí me iban a ir a traer, pero cuando me subí un hombre se sentó a mi lado, me dio desconfianza, pero ya íbamos en el Periférico. Después me asaltó, me quitó dinero, celular, pero eso no fue todo porque metió su mano en mi blusa, para buscar más, se bajó y empecé a llorar”, contó Mazariegos.

Desde ese día, Carla sabía que la situación no podía continuar así, por lo que decidió que en sus tiempos libres iba a practicar defensa personal, para evitar que se repitiera un asalto o algo peor, así que se contactó por las redes sociales con un entrenador.

Carla practicaba todos los días una hora de entrenamiento, aprendió cómo librarse si la querían agarrar por el cuello, la espalda, cintura o bien hasta del cabello.

“Al inicio era incomodo que me sujetaran fuerte de algunas partes, pero esa es la realidad de cómo te van a agarrar en la calle, ya que no te van a medio detener, si alguien te atrapa es para no escapar y Juan Carlos lo sabía, por eso los entrenamientos eran tan duros”, expresó Mazariegos.

Los conocimientos a prueba

Dos años tenía Carla de estar practicando defensa personal, ya había sacado unos cursos para ser entrenadora y daba clases básicas de defensa.

Estaba por terminar el cuarto año de la universidad, cuando iba caminando por la Avenida Reforma, salía de su trabajo, para llegar a su primera clase, cuando de repente un hombre sorpresivamente le cerró el paso.

Le decía palabras ofensivas, pero al mismo tiempo le pedía sus pertenencias, ella ya sabía qué hacer y cómo actuar. Él la trató de agarrar del brazo y ella tiró rápidamente, lo sujetó y tiró al suelo, le dio una patada en los testículos y corrió.

“Él estaba tirado en el suelo gritando y maltratándome, pero yo corrí no me importó lo que decía, me sentí segura cuando ingresé a una agencia bancaria y conté lo que había pasado. Mi familia me fue a traer y me llevaron a la universidad, yo estaba asustada porque no sabía por qué el hombre no me soltaba, tal vez quería violarme”, dijo Mazariegos.

Ahora, Carla durante la cuarentena se ha dedicado a impartir clases virtuales a las personas que necesitan o están interesadas en defensa personal.

“En la mayoría de cursos que he impartido en mi vida, desde hace 10 años en su mayoría son mujeres las que vienen. Nosotros somos realistas en cómo puede ser atacada una persona y cómo se debe defender”, mencionó Juan Carlos Contreras, entrenador de defensa personal.

En Guatemala, por lo menos dos mujeres mueren al día por hechos de violencia. Los departamentos registrados con más casos de violencia son: Guatemala, Quetzaltenango y Escuintla.

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