Las capas cubren, pero no sanan, por eso tus hijos, tu esposo, tu familia, amigas o compañeras terminan siendo víctimas de ese dolor que está allá en el fondo, terminan conviviendo la mujer que quedó después de tanta protección.
Todos los días se puede volver a empezar o a creer en nosotras mismas y en alguien más, incluso después de una caída monumental donde nos partieron en mil pedazos a través de una forzada ruptura.
Hay signos que muestran qué tan sano está tu corazón. ¿Sigue doliendo la herida igual que al principio? ¿Cuánto drama derramas en las redes sociales y sobre quien se te ponga en frente?
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