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Cada línea que forman las imágenes, que de momento definen sus dibujos, los que algún día espera sean muy reconocidos, son característicos del estilo claroscuro. Ese que se produce entre las sombras y la luz en una obra de arte.

Con su técnica inexperta, en cada dibujo que realiza ya logra contrastar y resaltar casi a la perfección los elementos más distinguidos de ídolos del fútbol como Lionel Messi y del cine como el Capitán América o Iron Man.

El simple recorte de una revista, un periódico o un póster, de momento son su inspiración, aunque como un desafío personal se ha propuesto retratar a la perfección imágenes de familiares, como su fallecida abuela materna. También, pintar integrantes de la banda de guerra del colegio Rafael Landívar (ubicado en la 8a. Calle 2-46, zona 1), donde cursa los básicos y del cual es parte, en la escuadra de fanfarria.

El arte innato que lleva en las venas, Axel Caravantes, de 14 años de edad, no tiene explicación para su mamá Cecilia, aunque no es nuevo para él, sobre todo cuando recuerda cómo hizo su primer dibujo a los cinco años.



Los primeros dibujos de Axel son de sus personajes favoritos de caricaturas. Foto: Erick Girón

Tres años después, cuando tenía ocho y cursaba segundo primaria, con mucho atrevimiento dispuso dibujar rostros y caricaturas de personas en el Paseo de la Sexta, en el Centro Histórico capitalino.

Aquella fue su primera presentación en público, a la que también llevó algunos dibujos que había hecho y que tenía guardados para ganarse unos “lenes”.

El pánico escénico lo fue dominando poco a poco, su cuerpo, en especial sus piernas, dejaron de temblar cuando fue asimilando cada mirada de una multitud de gente que lo rodeaba para tomarle fotografías y grabarle videos.

Ese día, no faltó quién le preguntara cómo a tan corta edad dibujaba de esa manera, en dónde había aprendido o en qué escuela estudiaba.

Aquella aventura, que sabe ha sido una de sus mejores experiencias y la que recuerda con mucha gracia, le sirvió para reforzar en él la constante idea de hacer lo que más le gusta y entretiene: dibujar y pintar.

Asistir a la cueva del arte (cursos que imparte la Municipalidad Capitalina), le ha servido para irse puliendo y participar en eventos, como el de principios de este año, donde participó con un dibujo del Escuadrón Suicida, que lo llevó a estar entre los ganadores. Los más jóvenes, entre todos los adultos que participaron, era uno de 17 años y Axel, de 13.



Axel disfruta mucho dibujando personajes como Iron Man. Foto: Erick Girón 

Su madre relata que no solo es bueno para dibujar y pintar, es un excelente estudiante, un hijo responsable, además de obediente, que no pierde el tiempo en las “redes sociales”, que tanto acaparan la atención de la juventud, lo emplea para hacer historietas o construir maquetas.

Sus aspiraciones son estudiar Arquitectura o Diseño Gráfico y ganarse la vida con el dibujo o la pintura, por eso le pide a Dios con mucha fe que le permita explotar el talento que le ha dado, para sacar adelante a su familia y lograr junto con su hermano Dilan, de 18 años, como se lo han propuesto que su mamá tenga una mejor vida y viva en la casa que sueñan con construirle en España.

Sobre pintores famosos, la historia refiere que “no fue mamá y tampoco papá las primeras palabras de Pablo Picasso, sino piz-piz que quería decir lápiz”, lo que comprueba que desde niño supo que el dibujo y la pintura eran la esencia de su existir, algo con lo que se identifica mucho Axel.

El vital apoyo de la familia

Su seno familiar, algo fundamental en su vida, es pequeño, lo conforman su mamá y hermano. Su padre migró a Estados Unidos, en busca del “sueño americano” cuando él tenía un año y desde entonces se hace cargo de ellos con lo necesario desde la distancia.

Cecilia, su madre, que tiene 45 años, se graduó de bachiller y estudio Agronomía en la universidad, carrera que tuvo que dejar cuando a su mamá le dio un derrame cerebral. Desde entonces, aprendió a ganarse la vida haciendo costuras, disfraces y manualidades, que le han servido para sacar adelante a sus dos hijos.

Lo más que ansía en la vida es que ellos hagan realidad sus sueños, por eso los apoya de manera incondicional y los acompaña en cada una de las actividades que tienen.



Axel también ha realizado retrato de sus familiares. Foto: Erick Girón 

Dilan su hermano, este año se gradúa y sus sueños son quedarse trabajando donde hace sus prácticas, ingresar a la universidad para estudiar publicidad y poner una agencia que piensa administrar junto a su hermano.

El mayor de los Caravantes, que a su mayoría de edad ha asumido el rol de “jefe de casa”,  también dibuja. Sin embargo, lo que más le atrae porque se le da con mucha facilidad es la música.

La disciplina que les han inculcado donde estudian, la crianza y buenas costumbres aprendidas en la casa, además que estén ocupados todos los días, ha hecho que estos dos jóvenes talentosos logren sortear los peligros que conlleva vivir en la zona 18, una de las más violentas de la capital, donde desde niños hay quienes se involucran en las pandillas o desarrollan vicios con las drogas y el alcohol.

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