Mi vida en el bote por el harinazo a Baldetti imagen

Todos recordaremos el famoso “harinazo” lanzado a Roxana Baldetti, pero ¿qué realmente fue lo que ocurrió con la joven responsable después de ese suceso?

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Todo estaba planificado. El momento, las personas y la pequeña bolsita que Dairyn llevaba en sus “boobies” era el escenario perfecto para lo que estaba por ocurrir; tirarle harina a Baldetti. Pero con lo que no contaban era que, minutos después, estaría en manos de la PNC y la SAAS siendo llevada a tribunales para una larga estadía en la cárcel.




Dairyn trabajaba para un partido político junto con una organización que movía dinero “bajo la mesa” para hacerle campaña negra a otros partidos.

Se iban a los asentamientos, se les pagaba a la gente Q.20.00 más almuerzo y les daban diferentes tareas; desde repartir volantes hasta armar bochinche en el Congreso, no dejaban entrar ni salir a nadie.

Con el tiempo, Dairyn se alejó de todo lo que tenía que ver con los partidos políticos, ya que se fue a vivir con su novio; hubo peleas y discusiones, por lo cual la joven regresó con su mamá decidida a ganarse nuevamente sus ingresos. En ese entonces recibió una llamada.

Una trabajadora del partido político donde solía trabajar Dairyn, se comunicó para decirle que tenía un trabajo especial para ella, pensando que sería la persona correcta para lo que tenían planeado.

El Partido Patriota estaba por presentar el informe de su segundo año de Gobierno, en El Teatro Nacional, el 14 de enero del 2014. Dairyn ya estaba preparada para realizar la tarea que se le había encargado. Por el embarazo, la joven no pasó por el escáner, así que hicieron que entrara sin ser revisada por el aparato electrónico.

“No pudimos entrar por donde se supone que entraríamos y nos pusimos tras los reporteros y periodistas, todo estaba destinado a fracasar”, comenta Dairyn.

De un momento a otro, Baldetti comenzó a entrar, los reporteros y periodistas tomaban fotos y la joven comenzó a sentir la adrenalina; se sacó la bolsita de harina, la esparció por su mano, se la tiró al vestido y un segundo después vio una nube blanca. Ahí se dio cuenta que su compañera abrió una caja con harina que llevaba y se la tiró encima a la exvicepresidenta.

“Corré, corré, vámonos”, le decía Dairyn a su compañera.

Comenzaron a salir del evento lo más rápido que pudieron y solo escuchaba que gritaban “¡la pelirroja, la pelirroja!”, pero ya no pudo salir. La seguridad y la SAAS tenían a Dairyn en las manos. Los reporteros llegaron y comenzaron a tomar fotos a su alrededor y cuando preguntó qué pasaría con ella, un agente de la PNC le indicó que la llevarían a tribunales.

“Tomó tres meses que me dictaran sentencia y me dieron 5 años”, relata la joven




Centro de Detención Preventiva para Mujeres Santa Teresa

Llegaron a la carceleta junto a su compañera, la primera semana pasaron aisladas de todo en bartolinas, su cama era un colchón shuco donde les costaba dormir. Tenían totalmente prohibidas las visitas hasta que tuvo la oportunidad de llamar a su mamá; al escuchar su voz comenzó a llorar pidiéndole ayuda, ya que la joven se encontraba embarazada. Cuando su madre llegó, la encontró demacrada y sin bañarse 4 días.

“Solo me sacaban para ir al baño, para eso tenía que gritar para que me llevaran y sí lo hacían pero esposada. Ni a las mareras tratan así pues, hasta como con respeto o miedito lo hacen”,  expresa Dairyn.

Llegaron los Derechos Humanos y la llevaron a un sector llamado “encamamiento”, un sector donde solo se encontraba la gente con dinero y había aproximadamente solo 8 mujeres.

“Hice una amiga, ella ya había salido pero volvió a caer”, indica la joven.

Luego, la trasladaron al “sector 1” y en ese lugar la recibieron con aplausos. Se hizo amiga de un par de mujeres en esa área.

Dairyn estudió, dio clases y tutoriales.

El día en que la joven tenía que dar a luz, llegó; la llevaron al Hospital Roosevelt donde pasó 3 días, ya que el Ministerio Público le negó el permiso de que el parto fuera atendido en APROFAM. La regresaron a Santa Teresa…Tres días después fue la audiencia, la sentenciaron y salió del preventivo.

Pasó casi seis meses sin salir de su casa; el Ministerio Público le daba seguridad en su casa, ya que el miedo no la dejaba salir tranquila. Se fue a vivir a Xela y consiguió su primer trabajo de bartender.

También, estuvo encargada de una tienda en Próceres, pero en cuanto se enteraron de quién era Dairyn, la despidieron. Ella, puso una denuncia en el Ministerio de Trabajo porque no querían pagarle su tiempo, ya que no había justificación por su despido.

“Me he topado con gente que me pregunta si yo fui la que le tiró la harina a Baldetti”, señala Dairyn.

“El encierro es lo que más te frustra. porque yo tenía DVD, plancha para el cabello, todo lo que necesitaba… Yo no comía de la comida de la cárcel. Me entraban comida tipo dieta. Adentro te podés tatuar si querés”, dice la joven.

“Ahora estoy bien, trabajando, rehaciendo mi vida, ya tres años después me encuentro tranquila. Puedo decir que todo esto me hizo enamorarme de la política y el derecho”.




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