Liam, el niño de 11 años que ha sorprendido a Guatemala imagen

A su corta edad ya cuenta con una notable trayectoria, 7 trofeos y un enorme camino por delante. Ha participado no solo en Guatemala sino a nivel internacional.

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El karate, una disciplina que exige una gran preparación y que ya tiene una estrella guatemalteca: Liam Robelin Fernández. Se trata de un guatemalteco de 11 años que ha encontrado su mayor pasión: poner el nombre de Guatemala en alto.

A su corta edad ya cuenta con una notable trayectoria, 7 trofeos y un enorme camino por delante. Ha participado no solo en Guatemala sino a nivel internacional. Tuvo un papel protagónico en el Abierto de Estados Unidos, una de las competencias más importantes a nivel mundial, en artes marciales, el cual se lleva a cabo en Orlando Florida. Allí, Liam participó en la categoría de 10-11 años, donde sobresalió con su kata utilizando un arma de forma alargada conocida como bo, convirtiéndose así en uno de los finalistas triunfadores.

Liam comenzó su carrera como karateca en la Escuela del Sensei Tomas, quien ha reflejado un gran orgullo por su aprendiz. “Comencé a entrenar karate desde los años 90, y ver ese reflejo del esfuerzo, de cada caída, de cada clase que recibe conmigo, es realmente satisfactorio. Debe seguir entrenando, tiene mucho por delante”.




Son años los que se necesitan para forjar un espíritu fuerte. Liam entrena junto a su hermano mayor, Luca, de 2 a 3 veces por semana, 3 horas cada día; cumpliendo estrictas normas para su crecimiento interior y como atleta. Al mismo tiempo, asiste al colegio como cualquier otro niño, tiene una vida social, hace wakeboarding y además sigue el ejemplo de su madre, Toti Fernández, bicampeona mundial de triatlón, haciendo natación.

Toti ha sido una de esas madres que permite experimentar a sus hijos el desazón y que vean los obstáculos que se sobrepasan cuando se sigue una meta. “Para que un niño se vuelva un adulto exitoso, debe desarrollar virtudes como la disciplina, perseverancia y la pasión. Todos los niños quieren parar su actividad deportiva en un momento u otro y es nuestra responsabilidad como padres motivarlos a que continúen su camino. No siempre es todo fácil y perfecto, de los obstáculos viene el crecimiento”.





Liam espera crecer cada vez más como un gran karateca, superar todas sus expectativas y sobresalir a nivel mundial. “Me encanta el karate, puedo sacar todo lo que tengo dentro, incluso trato de pensar en cosas que me enojan para sacarlas, hacerlo mejor y más fuerte. Me gusta venir, recibir mis clases, cuando hago mi kata y estoy en el salón, me siento yo mismo”.

Porque el karate es una fusión del interior con el exterior, “es una disciplina mental”.  

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