La vida de un “cachero” (I) imagen

A los 12 años hice mi primer “cacha”, con un compadre nos “hueveamos” un taxi. Dos cuchillos fueron suficientes, ni manejar sabíamos, ya se pueden imaginar…

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

La verdad es que nací el 21 de diciembre de 1988, mi familia no es de dinero, pero tampoco de escasos recursos. Lamentablemente yo crecí en un hogar rodeado de alcohólicos, mis dos abuelos, mi papá y un tío, y este fue el ámbito de mi niñez: la violencia intrafamiliar.

Pasaron los años y yo crecí sin una figura paterna cercana, mi viejo solo bolo y en la calle vivía. Recuerdo que a mi abuela le gustaba mucho ponerme en contra de mi papá, porque ella solo vivía diciéndome que mi padre era una basura, un borracho, un mal viviente y un maldito.




Es así como crecí viendo a mi padre como enemigo, y eso me llevó a vivir con un gran rencor, con un gran odio hacia él.

Cuando ya tuve uso de razón empecé a salirme de la casa, a buscar amigos en la calle, según yo que me ayudarían a salir adelante, lamentablemente no encontré a personas muy buenas que digamos… solo “pintas”. Es así como a los 12 años empecé a juntarme con personas mayores que yo, con mañas, otras ideas y formas de pensar, nada que ver con las mías.

Es así como me inicio en el mundo del alcohol, y ¿por qué no? Me pregunté. Comencé tomando cerveza, de la chela me fui a fumar marihuana, después de la mota llegué a las grandes ligas y comencé a consumir cocaína y crack. En eso encontré ese escape que estaba buscando, ya ni llegaba a dormir a mi casa, dormía en los “puntos” y todo me empezó a pelar.




No tardó mucho tiempo para que mis papás se dieran cuenta de mi situación, con lo que mi flujo de dinero no era mucho, pero sí constante, se terminó. Allí me vi “obligado” a robar para poder subsistir, entonces me inicié en el oficio más antiguo del mundo, el robo, la “cacha”.

El primer “tirín”

Con un amigo que estaba bien metido en el vicio del crack, quien en ese entonces tenía como 32 años y yo 12, me incitó a que fuéramos a robarnos un vehículo, ese día había tenido clavos gruesos en mi casa y vi esa invitación como un desahogo, o una salida. Y comenzamos a libar, solo guaro. Bajo efectos del alcohol salimos a la calle, con los cuchillos de cocina más grandes de mi mamá y recuerdo que paramos un taxi y le pedimos una carrera.

Cuando el taxista nos había llevado al lugar, mi compa le sacó el cuchillo y yo le puse el mío en el cuello. No dijo una palabra al principio, y a saber qué cara nos vio, de plano pensó que lo íbamos a matar porque nos dijo hasta dónde estaba el pisto, lo bajamos del carro y nos dimos cuenta que mi compadre no sabía manejar. El mula se bajó del taxi y se fue corriendo. Yo adentro del carro, en el lado del copiloto, me armé de huevos y, cabal en ese entonces, mi mamá estuvo recibiendo clases de manejo y la acompañaba, recordé de un par de clases, y como pude arranqué el carro, y me fui.

Alcancé a mi amigo y no lo creía, que yo trajera el carro. Y nos fuimos a toda velocidad por el periférico, cuando empezó la lluvia. Fue allí cuando me acordé de mi mamá, que me había dicho que no saliera a la calle, pues inocentemente creía que yo salía para ejercitarme.

Ni se imaginaba en lo que andaba yo metido

Ese pensamiento tenía cuando estrellé el carro en un árbol. Aquel allí se quedó “calaca” y le dije: ahora me toca irme a mí y al estilo del borracho de la canción Pedro Navaja tomé su celular, el puñal, los pesos y me fui. Con lo que llevaba fui directo al “punto” a comprar más drogas y busqué gente que estuviera en la misma onda.




De esa graduación mi vida cambió, ya empecé a frecuentar La Terminal. Allí me curtí, conocí a mara gruesa y di mis primeros grandes golpes, incluido un camión de valores, en el cual no se disparó ni un tiro, pues nosotros teníamos la llave de la caja fuerte. En todos los robos siempre hay alguien adentro que nos da la información. Lo que no sabíamos era que el mero mero nos vendió y esa misma noche puros mulas esperando el billete nos cayó la policía.

Próximamente, conoceremos cuando el “cachero” cae preso por primera vez. en su Relato nos dirá cómo vive un ladrón dentro del preventivo de la Zona 18. 

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