Estos últimos días, sin duda, Jimmy Morales e Iván Velásquez han dado de qué hablar con rumores sobre la ruptura entre el Ejecutivo y la CICIG, pero este domingo 27 de agosto, el Presidente lo confirma al declarar non grato al comisionado.
Ya desde el martes 22, la Fiscal General Thelma Aldana, en su cuenta de Facebook anuncia que renunciaría si se pedía a la ONU el retiro del comisionado. Teniendo en cuenta que el Presidente se reuniría, el viernes 25 de agosto, con el Secretario de la ONU, Antonio Guterres, para tratar entre otros temas, el de la CICIG.
El jueves 24, el vocero de la presidencia, Heinz Hiemann, da una conferencia de prensa, en la cual crea más confusión. Mientras, el Presidente se reunía con el Secretario de la ONU, en New York, el viernes 25, en Guatemala la CICIG y el Ministerio Público solicitan un antejuicio contra Morales, por financiamiento electoral ilícito.
Guatemala ha pasado una semana entre rumores, comentarios, alegatos y discusiones.
Pero este domingo 27 de agosto ha sido diferente. Mientras cientos de guatemaltecos se preparan para la tradicional carrera de los 21K, a través de redes sociales, el mandatario anuncia a las 6 de la mañana que declara non grato a Velásquez.
Aquí te explicamos qué pasó:
Los que rápido salen a apoyar al Presidente son los diputados de su bancada, Javier Hernández, Manuel Giordano y el congresista del PAN, Fernando Linares Beltranena. Los tres aseguran que la decisión es la correcta.
Varias personas se empiezan a juntar afuera de la Corte de Constitucionalidad para pedirle a los magistrados que dejen a Iván Velásquez, dado que el sábado 26, recibieron dos amparos para evitar la expulsión del comisionado.
Mientras tanto, uno de los activistas que se acerca a la CC es el Presidente de la Fundación contra el Terrorismo, Ricardo Méndez Ruiz, quien coloca una acción para ser parte del proceso y así expulsar en definitiva al colombiano.
Los embajadores de diferentes países se unen y acuden a la sede de la CICIG, mostrando su respaldo al comisionado y lamentando la decisión del Presidente, además de solicitar que se respetara la calidad de funcionario de Velásquez.
Las organizaciones del país muestran su apoyo al comisionado y, de inmediato, comienzan a emitir sus comunicados.
Pasan los minutos y, a través de un mensaje, son citados los ministros de Estado a una reunión para expresar su apoyo al Presidente. El primero en llegar es el titular de la cartera de Comunicaciones, Aldo García, quien asegura ignorar por qué lo han llamado, pero que lo citaron y allí está para cumplir con su trabajo.
La primera en anunciar su salida es la Ministra de Salud, Lucrecia Hernández Mack, quien en una conferencia asegura que había entrado al Ministerio de Salud con un proyecto de Estado y estableció principios para el trabajo. Pero, la titular asegura que la política cambió y por ello toma la decisión de retirarse de las filas del Gobierno, porque hay una contradicción entre buscar transparencia y lo que el mandatario hizo al expulsar al comisionado.
El siguiente en renunciar es el comisionado, Enrique Godoy, quien había estado en el Gobierno desde el 2016, según él es el momento para dejarlo, justo por la coyuntura que está pasando el Organismo Ejecutivo.
Siguen pasando las horas y la incertidumbre de la población crece, algunos se van a plantar frente al Palacio Nacional de la Cultura, otros a la CC y más a la sede de la CICIG para apoyar al comisionado.
Pero, en horas de la tarde, un grupo de personas se presenta a la CICIG, para manifestar en contra del comisionado. Uno de los que encabeza la manifestación era Ricardo Méndez Ruiz, quien en varias ocasiones ha mostrado su rechazo a Velásquez.
Las posiciones continúan y una de ellas es la de G4, integrado por la Procuraduría de Derechos Humanos, la Iglesia Evangélica, la Católica y la Universidad de San Carlos. De ellos, solo uno está en contra de apoyar a la CICIG y es César Vásquez, el presidente de la Alianza Evangélica de Guatemala.
Durante la tarde, la siguiente en renunciar a su cargo es la viceministra de Relaciones Exteriores, Ana María Diéguez, quien trabaja en la cancillería por más de 30 años y, ahora, renuncia por la situación problemática del país.
