EL HOMIE SMURF SE LO ADVIRTIÓ A NICOLÁS
Sus palabras iban a trascender. Porque los del barrio 18 no amagan, ellos cumplen. Y Nicolás sabía que más temprano que tarde los homies iban a lucir sus habilidades manejando a sus vatos en el correccional y en las calles.
Aquel mediodía caluroso con parsimonia vio fijamente a las cámaras de televisión que lo rodeaban y sin turbarse el Smurf (Rudy Francisco Alfaro) dijo: “¿Sabes que Nicolás? la vida da vueltas, y nosotros respetamos en todo momento… No se aproveche compadre porque ¿sabe que? Nosotros vamos a tener el control otra vez”.
¿Estará el Smurf detrás de la toma del centro correccional etapa II y los ataques contra siete comisarías? autoridades evalúan si apoyó, porque eso de las bombas, el incendio, los tiros, las muertes, es el menú del plato fuerte que le gusta deleitar a este líder de pandilla que comenzó como mensajero en el Barrio 18 y logró la unción a jefe de clica. Su récord de hombre maligno lo colocó automáticamente en el grupo de homies que toman decisiones, el cual está patentado como la rueda del barrio, donde solo los gruesos pueden levantar el dedo.
¿Es él, el hombre detrás de la revuelta? Otra vez piensan las autoridades. Tal vez no sea solo él, pero sus certificados no dejan espacio para dudar de ser el principal actor en la trama. Dos mujeres asesinadas, una a golpes era su novia, empuñar el arma para percutir el gatillo a sangre fría contra pilotos de buses y restarle paz a decenas de familias dirigiendo las extorsiones desde el penal, exterioriza la clase de ser humano que se oculta bajo los tatuajes azules que disfrazan su cara y cuerpo.
Porque hablar del smurf no es cosa fácil, historias de historias giran en torno a él, falsas o verdaderas, es imposible descifrarlo, pero la fase que conforma una parte de su ciclo de vida es cuando adquirió poderío porque desde entonces ningún crimen se ejecuta sin su consentimiento, murmuran los reos que han compartido espacio con él.
Un animal sanguinario
Este Relato no pretende hacer una apología al Smurf, intenta desvestir al hombre a quien un oficial de policía describe como un animal sanguinario y al que todos los del barrio 18 tienen como un líder al que huelen, oyen, ven y siguen a ciegas.
Y justamente son esos niños, la gran mayoría que crecieron bajo la sombra del smurf en santa Faz, zona 5 y colonias aledañas que hoy tienen con los nervios de punta a las autoridades de la Secretaría de Bienestar Social y la Procuraduría General de la Nación, los soldados de los que el Smurf habla en un video.
Porque el Pitufo, como también se le conoce es en apariencia un ser dotado de carisma, incluso hasta fans tiene en facebook. Una mujer abrió el portal solo para publicar sus fotos, y en inglés traducido puso que le parecía sexy.
Alguien muy cercano a su vida, narra que desde niño le gustaba matar animales, en los léxicos psiquiátricos el smurf es de aquellos humanos que padecen trastorno disocial de la conducta. Un manipulador pues, y por ello interpretar su verdadera personalidad es complejo.
Considerarse una persona autónoma y con fuerza en sí misma es algo que el Smurf lleva dentro de si. Cree tener derecho para violar las normas y reglas impuestas. El Smurf primero pega y luego pregunta y no tiene siquiera un atisbo de pena en violar las normas y reglas impuestas. Insalvable piensa un perito experto en análisis criminalístico. El Smurf no distingue entre el bien y el mal. #EtapaII