Para Mi Gente Informa, Sergio Armando Marín Ortega desde Chiapas, México
Todos los días desde muy temprana hora entre puestos de ropa, utensilios de cocina, artesanía, herramientas y otros, inicia el transitar en la frontera La Mesilla, que colinda entre Chiapas, México, con Huehuetenango, Guatemala, y en donde siempre se ha registrado un intercambio comercial desde hace ya algunas décadas.
La Mesilla, históricamente y a pesar de las líneas fronterizas que dividen a México y Guatemala, siempre ha sido un lugar de comercio y de visitas familiares entre guatemaltecos y chiapanecos, que por la cercanía han emparentado y se frecuentan constantemente.
Es normal que chiapanecos y huehuetecos formen vínculos familiares, se casen, tengan hijos, por lo cual habrá sobrinos, primos, padres de un lado y del otro de la zona fronteriza, quienes se visitan sin ningún problema y con total libertad.
Pese a que existe un paso fronterizo, también hay otros caminos no autorizados para movilizarse entre ambos países, la falta de controles migratorios pueden prestarse para el tráfico de personas o productos ilícitos.
Tres décadas de fortalecimiento comercial
Ha pasado más de 30 años para fortalecer el comercio en este punto de la frontera sur de México, el transitar constante de la gente guatemalteca y mexicana ha abierto una vía libre para el intercambio comercial en esta zona, lo cual es favorable para las poblaciones que viven de esta actividad. Aunque se comercia todo tipo de artículos, se venden muchos textiles y artesanías fabricadas en madera.
Con la pandemia disminuyó el comercio, pese a ello el flujo del paso no ha bajado, hoy en día se puede decir que la frontera La Mesilla es una zona que se niega a dejar a un lado sus usos y costumbres milenarias, el tránsito y el comercio libre entre ambos países.
Quienes recurren de manera habitual a La Mesilla remarcan que tienen cuidados personales con el uso de mascarilla, gel antibacterial, pero desafortunadamente mucha gente no cree en el virus del Covid-19, y transitan sin el mínimo cuidado, propagando de esta manera el virus.
Lo cierto que el transitar diario, denominado en el área como “vía libre” es de lo más común entre las fronteras de Guatemala y México y los controles son mínimos, porque para la población hay cercanía y eso les lleva a la unificación.