Les voy a contar como fue la primera vez que vi la salida de una procesión.
Tenía 22 años y aunque siempre me habían gustado las procesiones, no había visto la salida de una de ellas, hasta que un día, una de mis mejores amigas, me llamo un Viernes de Dolores, para saber si quería ir a ver la salida de la procesión de Jesús de Los Milagros del templo de San José,donde su padre había sido miembro de la Hermandad. Ella me dijo que las condiciones eran que estuviera lista a las 4 de la mañana del domingo, además de llevar zapatos cómodos y que fuera vestida como si fuera a cargar, eso quería decir de negro, con madrileña y medias.
Muy ansiosa me levanté a las 3:30 de la mañana, me bañé, me vestí como se me había solicitado y estaba lista para salir, pensando que era muy temprano y que no habría nadie en las calles. Mi amiga y su familia pasaron a recogerme a las 4 de la mañana como habíamos quedado. Me subí al vehículo, saludé y pregunté ¿ahora qué hacemos? y el papá de mi amiga nos dijo que íbamos a dejar el vehículo a un par de cuadras de distancia del templo y posteriormente caminaríamos hacia la entrada trasera de la Iglesia, mientras en la calle se podía observar que ya habían muchas personas. Un amigo del papá de mi amiga ya lo esperaba, nos dijo que siguiéramos a la banda que estaba ingresando y que sería la que estaría acompañando a Jesús durante el cortejo y así lo hicimos. Ingresamos, nos colocaron a la par de la banda y esperamos dentro del templo, rezando una que otra oración que se podía escuchar a la distancia y dieron las 6 de la mañana. De la emoción no recuerdo si hubo Misa o no. Lo que más recuerdo era la cantidad de personas que con un brillo en los ojos esperaban la salida del anda de una de las procesiones más esperadas durante el año. Allí en particular había una señora de aproximadamente 50 años que sentada en unos bancos de plástico, junto a unos familiares, observaba muy fijamente la Consagrada Imagen y el rostro de Jesús, en mi pensamiento solo estaba ¿Qué pensara la señora al ver la Imagen de esa manera?
De pronto inició el movimiento, unas personas vestidas de romanos empezaron a salir y a mover a la gente, la banda empezó a tomar su lugar, los feligreses a pararse y las personas que tenían el turno de salida de los hombres llegaron al brazo que les tocaba. El papá de mi amiga me dijo te voy a dar un consejo, poné atención a todo lo que pasa, al fervor de las personas, a sus rostros, a la música y en especial a lo que tu corazón quiera decir. Me quedé callada e hice lo que él me indicó.
Cerré los ojos por algunos segundos, de pronto empecé a escuchar un sonido de tambores y cuando los abrí el anda de un golpe se levantó en brazos de los hombres y escuché una de las marchas más hermosas que había escuchado, LA MATER DOLOROSA. Esa melodía me erizó la piel, observé el rostro de aquella mujer que ya antes me había llamado la atención y de repente empezaron a correr lágrimas de sus ojos, era tal la emoción de ella que se hincó frente a todos, postró su frente en el suelo por unos segundos, después levantó sus manos, solo pude entender que ella agradecía a la Consagrada Imagen, porque en sus labios se podía observar cuando decía GRACIAS. El anda empezó a salir a la vista de cientos de personas, cuando llegó al atrio de la Iglesia, eran más y más las personas que esperaban su salida. Allí cambio mi forma de ver un anda, que tal vez para muchos sea solo una tradición, una pérdida de tiempo, tráfico e incluso veneración de Imágenes.
Para mí fue una experiencia que tocó mi fe y mi corazón, ver a aquella mujer que con lágrimas veía la salida del anda y escuchar una de las marchas más hermosas, pero más que eso, fue aumentar mi fascinación por las procesiones y por las tradiciones de Guatemala. Sin duda volvería a ir y ver la salida, aunque ahora con mayor fervor cristiano.