Esa espina llamada enfermedad venérea imagen

Creés saber de educación sexual pero estás equivocado. Una visita con el especialista basta para pensar en el celibato o quizás no, pero sí en cuidarte.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

A todos nos ha pasado que en nuestro panorama visual, mientras vamos por las calles de la ciudad, aparece una pinta, rótulo o volante que versa “Enfermedades venéreas, llama al…”. No da dirección ni otro dato, solo un número de teléfono. Y al mismo tiempo nos preguntamos, ¿cómo será? 

Así nació este Relato, con la diferencia de que en el buscador de Google escribimos “Enfermedades venéreas+clínica+Guatemala”  y llamamos al primer número que apareció. Así fue que acudimos a una clínica de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) y salimos de ahí con una cátedra sobre higiene sexual y las costumbres guatemaltecas. 

¿Sabía que un hombre puede contagiarse de papiloma en el ano sin nunca haber tenido una relación homosexual? Así es, querido -y ahora asustado- lector, el condón no lo va a proteger de todo.

El siguiente texto se hizo basado en una conversación con Juan Carlos Franco Arana, médico especializado  en VIH e ITS. Como él bien dice, “me dedico a lo que no hace mucha gente”. Con permiso del especialista, y como una licencia narrativa, la Higiene Sexual Guatemalteca nos habla en primera persona en una carta abierta para reflexionar, principalmente, sobre qué se lleva a la boca. A veces, informarte duele.

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El Virus de Papiloma Humano es la enfermedad más frecuente entre ustedes guatemaltecos. Encabeza el primer lugar. No se trata de alarmas, si la padeces es fácil de identificar. Eso sí, es muy fácil de transmitir y, como he visto muchos casos aquí, resulta muy incómodo explicarle a su pareja de dónde viene ese malestar que ahora tiene en sus genitales.

Lo curioso es cómo se acercan los pacientes a la clínica. Hay un proceso, en el caso de los hombres, quienes son los que más acuden: llegan luego de aceptar que algo irregular le está pasando en su área genital. El problema está en que entre el “lo acepto o no” se acercan tarde con el especialista.

Y, como cualquier enfermedad, mientras más tiempo pasa, más se complica. Muchas personas van a una clínica y dicen 

“yo no vine porque me costaba aceptar que tenía esto… no vine porque me daba vergüenza”, 

pero principalmente es eso, por pena. Si se dieran cuenta de que es su salud quizá no dudarían tanto.

Las personas que más van a las clínicas son hombres. “¡Qué vergüenza venir aquí y que alguien me mire!”, se dicen al llegar.  Incluso hay gente que llega cuando ya ha pasado un año con la enfermedad. “Tengo esto desde hace meses… pero yo busqué en Internet, vi que el ajo o el vinagre de manzana me ayudarían”. El error se sobrentiende.

Autorrecetas por vergüenza

Hay un medicamento que es muy popular, la Podofilina. Los pacientes lo utilizan, se les cae la verruga… les quema el resto de la piel y piensan “ya se terminó mi problema”… pero no. La verruga vuelve a salir, hasta que al fin van con el especialista. Ese es un ejemplo simple.

Lo malo del guatemalteco es que se automedica cualquier cosa. Compran X medicamento en vez de acudir con el especialista. La Podofilina es como una tintura que arde un montón, quema la piel y el problema no termina ahí. Pero “como lo dice el Internet”, se lo aplica y se les cae, creen que ahí terminó todo aunque eso le haya quedado -con perdón- como que es moronga. Lo triste es que al poco tiempo vuelve a salir.

Debo mencionar que por las prácticas sexuales del guatemalteco, las mujeres son las más infectadas de ITS. Un hombre que infecta a varias mujeres no es un razonamiento tan descabellado. A las clínicas acuden más hombres que mujeres, porque las mujeres tienen mucha más vergüenza. Al final pueden estar contagiadas y cuentan con el ginecólogo, y si no las atiende, las refiere.

Hay hombres que contraen la ITS, luego tienen relaciones con otra persona y al final dicen “creo que infecté a mi esposa”. En este caso, la tercera. Entonces las llevan por turnos a la clínica, luego a la numero dos y luego a la tres.

Incluso los pacientes quieren que los médicos sean sus “tapaderas”. Dicen “es que mire, necesito que no le diga a mi esposa que contraje esto con alguien más”, pero entonces las esposas argumentan “Mire, ¡Dígame la verdad!” y el médico piensa “¿Qué hago?”.

Le toca ser imparcial, porque no se quiere quedar mal con los dos, ahí es donde viene el dilema, le dice la verdad o tapa al sujeto… se trata de ser lo más imparcial posible, y que ellos resuelvan sus conflictos. Aunque la verdad es que adquirir el virus y la reacción es un espectro muy amplio. Lo pueden contagiar ahora y el brote salir en dos semanas o en 5 o 7 años, dependiendo del estado del paciente. Entonces toca decir, “no sé si usted tuvo relaciones hace poco o no, pero está infectado”.

No le diga a mi esposa

Normalmente se sientan los dos, previamente el hombre ya habló y pide que no se le diga a la esposa. Entran, platican y hay un momento en el que la esposa le pide al esposo que salga, y luego le piden al médico la verdad y el especialista resulta haciendo de resorte de la situación… y no solo con papiloma, sino con un montón de enfermedades y casos. Esto sucede en promedio en uno de cada cuatro casos de los casos.

Casi siempre va solo uno de los dos y pregunta acerca de qué le pueden decir a su esposa 

“porque yo me metí con una amiga… con una compañera de trabajo… o porque que fui a un prostíbulo y ahora estoy así y no quiero que ella se entere. ¿Cómo le hago?”.

El problema es la desinformación y el Internet se convierte en un arma de doble filo. Generalmente debería haber planes de educación específica de estos temas en los colegios y universidades, pero allá ustedes y su sistema educativo.

Para tener una higiene sexual optima, más allá de utilizar preservativo, lo ideal es hacer un panel de exámenes. Por ejemplo, si se es monógamo, con una pareja estable y que también es monógama, se puede prolongar un poco la constancia de la realización de exámenes –pero debería ser entre 6 meses y un año– como un estudio de VIH, hepatitis B, C, herpes, clamidia, y sífilis.

Si existiera un Top de enfermedades venéreas guatemaltecas sería primero el Virus de Papiloma Humano, luego alguna infección por hongo, herpes, síndrome de secreción uretral (que engloba varias bacterias, como la famosísima gonorrea y clamidia) y por otras bacterias como estreptococo, estafilococo y Ecoli.

En fin… la salud sexual del guatemalteco es deficiente porque no hay suficiente información. El guatemalteco está acostumbrado a automedicarse y hasta en las últimas va con un médico.

El condón no lo es todo

Hay prácticas de riesgo. Aunque utilice preservativos, estos no le aseguran que no se va contagiar con algo. Por ejemplo, hay pacientes con papiloma que expresan: “Siempre tengo preservativo, siempre lo uso, ¿por qué tengo Papiloma?” Y resulta que tienen manifestaciones en el área del pubis, los testículos, incluso en el área del ano y cuestionan: “¡nunca tuve relaciones sexuales anales, no soy homosexual!” Pero, ¿qué crees? No es necesario. Uno puede usar preservativo todo el tiempo, pero las secreciones en contacto con el pubis, los testículos y, según la posición, pueden correr hacia el ano y ahí es donde se infecta… ¿Y el pene? Intacto.

Se llega a pensar que el condón es una capa súper protectora y no es así. Lo correcto es acudir con tu pareja y decir, “Ya que estamos progresando en esta relación, vamos a hacernos un examen de ITS”… Idealmente debería ser así, pero el problema es que hay mucho tabú con eso. Si alguien lo pide, es muy probable que la otra persona se moleste. El trasfondo debe ser, “vamos a tener intimidad, yo no te quiero ni me quiero infectar”.

Aún así, hay algo más. No hay garantías. A pesar de que los exámenes no revelen ninguna ITS, nada le asegura de que no vaya a tener papiloma o tenerlo su pareja. El raspado solo se hace cuando hay lesiones presentes. Se pude hacer otro examen, pero cuesta más de Q2 mil… y puede hacerlo y aun así no se presenten lesiones, puede ser que lo tenga y sea contagioso pero que no esté activo. Simplemente… no hay garantías.

Las ITS “invisibles” no tienen sabor

Hay un panorama, en la actualidad se desarrollan anticonceptivos masculinos. Cuando esto suceda y salgan al mercado, lo más probable es que el hombre deje de utilizar preservativos. Definitivamente es irresponsable, pero si lo usa es por evitar un embarazo y no por salud (hagamos a un lado por un momento el tema de los prostíbulos). Entonces, si aparece un método anticonceptivo para hombre sustituiría al preservativo y es muy probable que la consecuencia sea que la tasa de embarazo se disminuya pero la de ITS se dispare…

No cierro esta carta sin antes hablar del sexo oral, pues con él uno también corre el peligro de contagiarse. Por ejemplo, usted tiene papilomas en el pene y le hacen sexo oral… ya contaminó a la persona. Si es con una mujer es más complejo, porque en el caso de la vagina no siempre se ve el papiloma, puede estar dentro del canal vaginal. ¿A qué hora se va a dar cuenta?

Puede hacer sexo oral, ver que todo está limpio, ver que todo aquello está lindo por fuera, pero por adentro uno no sabe… con el sexo oral vaginal se tiene contacto con las secreciones, el flujo… y ahí va el virus. Es que además no cambia el sabor. Incluso el VIH, si usted practica sexo oral y la muchacha está contaminada, se va contagiar. Las ITS son cosa seria… demasiado seria.

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