El ambiente en el que pintan sus grafitis en Guatemala es muy particular, escuchando los insultos de los automovilistas imprudentes que exclaman su ira por no poder pasar a toda velocidad en las horas pico, en el tránsito lento de la ciudad y en sus periferias. Además, cada día deben prestar oídos a expresiones como: “mánchale el c… a tu madre” y “buena onda mucha, les está quedando de a huevo”, son parte de los comentarios que escuchan mientras pintan sus grafitis.
Entre maras y artistas
Del grafiti en el país se habla poco, quizá porque no se conoce mucho sobre este tipo de arte urbano o porque los murales que pintan los jóvenes son relacionados con las maras.
La diferencia entre el grafiti y las pintas (símbolos, letras y números que identifican los territorios donde operan las pandillas juveniles), que hacen la Mara Salvatrucha o el Barrio 18, es el mensaje que se transmite.
“Trato de jugar mucho con las letras, aunque no tengan una cara, la gente las ve y dicen, se ve que se están riendo y no se están riendo, pero por la personalidad que les doy y la forma en que me gusta combinar los colores pareciera que sí, es parte de lo que hago”, comenta Empy, cuando describe su estilo de grafiti, el cual puede observarse en varios puntos de la capital, como la colonia La Bethania, en la zona 7.
Las expresiones del grafiti se dan en espacios públicos y en algunos casos en propiedad privada, por lo que cuando esta actividad es considerada ilegal por realizarse en propiedad privada, el grafitero corre riesgo de ser arrestado y que lo juzguen por daños a la misma.
La técnica del grafiti consiste en fondear (poner una base) a una pared lisa o rústica, hacer trazos para definir letras o dibujos y luego rellenar las formas abstractas utilizando pintura a base de aerosol y rodillos.
Trece años de Grafitti
Desde niño, Empy se sintió atraído hacia la cultura hip hop, donde el rap y el break dance son la base para adentrarse en esta cultura, la cual cobra más seguidores cada día, especialmente jóvenes que gustan del estilo de vida urbano.
A los 15 años, luego de vivir en los Ángeles, California, Empy terminó de definir su estilo de hacer grafiti.
Al regresar a Guatemala por medio de una amiga contactó por Hi5 a otros grafiteros, con quienes ha pintado hasta alcanzar los reconocimientos que lo han llevado a presentarse en festivales internacionales.
Para este joven artista respetar la tipografía y los trazos de cada letra, están haciendo que en todo el mundo se hable del grafiti de Guatemala.
Sus próximos destinos son las ciudades de Medellín, Bogotá, Perú y Miami. Además, espera participar en el Meeting of Styles, de Milán, Italia, a realizarse del 29 de abril al 3 de mayo próximos. Éste es un reconocido festival internacional, en el que no ha participado ningún grafitero guatemalteco.
Grafitti, una terapia
Empy dice que pinta por diversión, por satisfacción propia y como una terapia, que le ha ayudado a superar sus problemas personales, los cuales relata, lo llevaron a las drogas y el alcohol, cuando solo tenía 13 años de edad.
“Pinto de cuatro a cinco veces por semana y gasto entre Q200. y Q500. en materiales”, comenta. Por pintar un muro de 10 diez metros de alto por dos metros de ancho, Empy cobra entre Q5 mil y Q6 mil. Mientras que en ciudades como Miami, por un trabajo de entre dos y tres horas puede llegar a cobrar entre 2 mil y 3 mil dólares.
El apoyo incondicional de su madre, le ha permitido a Empy conocer otros países, ganarse la vida honradamente y trazarse nuevas metas. De una terapia y una diversión, el grafitti ha pasado a ser su pasión y su principal forma de expresión.