Parecía que el mercado de la cerveza en Guatemala estaba completamente ocupado y sin espacio para nuevas opciones. Sin embargo, el auge que ha cobrado la cerveza artesanal chapina ofrece nuevas alternativas para el gusto de muchos consumidores que buscan probar algo diferente.
Poco antes de 2010, se empezaron a comercializar en algunos bares de Antigua Guatemala de manera clandestina, porque los trámites para patentar una eran muy burocráticos y los fabricantes pasaban años sin lograrlo.
En Quetzaltenango, también ocurrió lo mismo, algunos emprendedores tuvieron que dejar sus sueños, buscar otras opciones para iniciar de cero. Entre 2014 y 2015 todo cambió cuando El Príncipe Gris obtuvo su registro.
El gusto de los extranjeros, en especial de los estadounidenses que están acostumbrados a la variedad de cervezas artesanales que existen en su país hizo que la demanda aumentara, hasta convertirse en la actualidad en una industria en crecimiento, cuyo producto hay que probarlo, sin excusa.
Degustar una cerveza artesanal es toda una experiencia para consumidores asiduos y ocasionales abstemios, por la variedad de sabores, aromas y mayor grado de alcohol.
Lo común en Guatemala es tomar las cervezas más comercializadas que cuentan con una industrialización de primer mundo y, para muchos, la tradición no es degustarlas sino beber hasta perder el conocimiento.
“Es muy habitual tomar la cerveza en botella o en lata, aunque lo recomendable es servirla en un vaso adecuado para disfrutar más de su color y sabor, sobre todo si es una artesanal, en el momento del primer sorbo empieza la aventura de probar algo diferente”, comenta Jefferson Quevedo, amante de esta bebida popular que tiene una historia milenaria.
Las cervezas artesanales pueden ser claras, rojas, oscuras y con variedad de sabores. Probar una chapina permite tener mayor conocimiento de ingredientes, formas de elaboración y disfrutar una muy buena “chela” de calidad mundial.
Antigua Cerveza, El Príncipe Gris, Ave Indiana, Ixbalanque, El Güin y Xamán, son las opciones, la mayoría se puede encontrar en bares y restaurantes de la capital y de Antigua como Chermol y The Whiskey Den.
Combinarlas con un sinfín de comidas, degustar sus aromas, sabores hasta encontrar uno que guste es parte de la experiencia de probarlas.
“La cerveza artesanal de Guatemala tiene un nivel internacional que poseen otras marcas, con sabores y olores bien definidos”, indica Paco Rivera, de Chermol.
Tomar una puede ser una mezcla de trago amargo, con una dulce satisfacción. Por ejemplo, la Muy Noble de Antigua Cerveza, tiene un aroma cítrico y la Cucurucho, un toque de café y cacao.
En el Príncipe Gris destaca una Witbier con infusión de jamaica, especias y trigo. Las de más demanda de Ave Indiana son La Tatuana de alta fermentación de albaricoque y la Cuculcan de malteado intenso de café.
“Todo el mundo las quiere degustar, pero su sabor es bien particular, diferente y posiblemente sea algo que nunca se había probado o que alguien no se imaginó probar, por eso es recomendable comenzar con una ligera y luego se puede saborear una más fuerte”, refiere Regina González de Old Town Outfitters.
La aceptación de la cerveza artesanal en Guatemala ha sido buena, a la fecha se han realizado dos festivales. En el primero, realizado en 2016, donde se presentaron 30 tipos y en el segundo, efectuado en 2017 se expusieron todas las producidas por las seis marcas registradas en el país.
Otra característica importante de la cerveza artesanal es la apertura que existe para saber cómo producirla, en Internet se puede encontrar muchos lugares donde hay recetas, ingredientes y que explican paso a paso, desde cómo montar una pequeña empresa hasta elaborar en casa una buena producción para un festejo familiar.
Conservar los riñones sanos, evitar el estreñimiento, tener huesos sanos, reducir la posibilidad de ataques al corazón, prevenir el insomnio y alargar la vida, son algunas de las propiedades saludables que se le atribuyen a la cerveza artesanal.
La historia de la cerveza es milenaria, los egipcios la consideraban un néctar nacional y era parte de su alimentación diaria. De las costumbres de quienes acostumbraban a momificar nace Tutankhamun, elaborada en un laboratorio de Cambridge, con una receta descubierta en el Templo del Sol, de la reina Nefertiti, que encontró el arqueólogo Barry Kemp, su precio es de US$75 y es una de las más caras en el planeta.
“Si se bebe cerveza con moderación, suaviza el temperamento, alegra el espíritu y promueve la salud”, Thomas Jefferson, tercer presidente de Estados Unidos.
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