Así te convertís en marero (pandillero, para no ser peyorativo) imagen

Ser pandillero es trabajar en una organización con reglas y peldaños por escalar: la meritocracia es la ley, estos son los #Sucecos que cambian una vida.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Nos tomó por sorpresa saber que en una mara hay una estructura de gobierno inquebrantable. Se empieza de niño como un Paro, luego sos Chequeo, Brincado y la escala organizacional finaliza con el Ranfla.

Si pretendés ser parte de esta organización, tu meta será sentarte en la mesa de los ranflas, la cúpula de poder de una mara, como si de la Cámara de los Lores se tratara, aunque, la vida de crimen puede que acorte tu existencia antes de los 20 años. Eso y si estás dispuesto a beber alcohol y consumir drogas solo una vez a la semana: eso dice su ley, seas de la MS o de la 18. Este Relato es con una trabajadora que durante años ha escuchado a menores recluidos en un preventivo. Luego de leer, entenderás el por qué de las acciones de los mareros.

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“Mi trabajo es con jóvenes que se han integrado a las maras y esto es lo que sé. Para ellos el término marero es despectivo, hubo un momento en el que los confrontamos y se les explicó que son reconocidos por la sociedad como mareros, como pandilleros, como un grupo formado para hacer daño. Ellos lo aceptan, pero no cualquiera se lo puede decir, sin embargo, sí se reconocen como pandilleros.

Todo empieza a los 11 o 12 años y el gancho es el tema económico. Ese es el factor más repetitivo, aunque en la familia a la que pertenecen se le cubre el tema afectivo, las necesidades económicas persisten, y afuera, los pandilleros mayores les invitan a estar con ellos pues podrán tener armas, objetos, accesorios y que pueden disponer de su propio dinero, sin estar conscientes que solo van a ser manipulados. Y por supuesto, las necesidades afectivas, si los papas no dan una atención adecuada, o si hay desinterés, para cuando los padres se vienen a enterar ya es muy tarde, se enteran que su hijo es pandillero cuando ya está privado de libertad.

Yo no tengo novia, tengo haina

Cuando les ofrecen tener dinero, les ofrecen seguridad con frases como “en la calle nadie te va molestar, todos te van a tener miedo. Vas a poder hacer todo lo que te dé la gana sin que nadie te diga nada. Vas a tener una buena vida sin tener que estudiar, y vas a tener a la Haina que vos querrás”. Entiéndase haina como novia o pareja. Ahora bien, Este es un tema que les genera conflicto dentro de la pandilla. Dentro de la jerarquía, uno de un rango más alto puede reclamarla, hablan para compartirla o para quedarse con ella, por ejemplo.

Entonces, es el tema afectivo y de dinero lo que los empuja a ser pandilleros, pero también está la curiosidad, pero claro todo responde a las áreas donde viven, que la mayoría son asentamientos. Ahora, si el menor no quiere ser parte, encuentran una forma de presionarlos para ser parte, aunque no les interese. Claro, siempre hay uno que se libra, pero de alguna manera, es tachado como el que no cumple con los patrones que ellos quieren, y le hacen problemas en la calle, lo intimidan o lo hostigan.

Sin embargo, si es un adolescente que desde el principio accede a ser parte, difícilmente superará los 20 años de vida. Lo mejor que le puede pasar es estar privado de libertad los siguientes seis años. O que llegue a los 15 o 16 años y luego sea privado de libertad, pues estará en un lugar “en donde nadie le hará daño”, pero donde aprendería más de la mecánica.

En busca de otro tipo de vida

Como parte del sistema puedo decir que el proceso de reinserción y resocialización no funciona en nuestra sociedad, es solo la fuerza de voluntad del adolescente, nada más, porque el sistema no es funcional al momento de reinsertar a un adolescente. Solo si un joven cambia su vida, podría decirse que el tiempo de sobrevivencia en la sociedad es un poquito más largo, pero depende de la magnitud de su involucramiento, por tanto, él sobrevivirá buscando las formas, porque además, este joven que decide cambiar su vida es buscado por los activos, si su involucramiento fue alto.

El joven es buscado y corre riesgo, y se dan casos en los que en efecto, pierden su vida. Pero sí hay jóvenes que han sido reinsertados socialmente, totalmente reformados, ahora que tan latente sea el riesgo en su vida haber por haber sido pandilleros, lo desconozco.




#Drogas, solo los viernes

En ambos grupos está esta regla pero con variantes. Los de la MS solo pueden consumir alcohol y mariguana, no pueden consumir ningún otro tipo de drogas, porque sus reglas no se los permite. Ahora, los de la 18 pueden consumir eso, más cocaína, inhalantes o solventes, digamos que tienen más libertad. Pero en ambos grupos, tienen establecido que solo un día lo pueden consumir. Según sé, si alguno de los jóvenes consume algún estupefacientes un día no establecido se supone que incumple la norma.

Según sé, los MS pueden consumir o beber los viernes, y eso es porque “velan por las medidas de seguridad” y entre ellos mismo se cuidan. Por ejemplo, se ponen de acuerdo en qué clica le toca ponerse ebria este viernes, entonces todos están pendientes de cuidarse entre ellos. Ahora bien, las clicas son por zonas, pero dependiendo de la zona puede haber más clicas, como en zona 18, ahí hay varias, pero en otras, solo existe una. Con los 18 no tengo el dato del día, porque no he trabajado tanto con ellos.

¿Cómo consiguen las armas?
Tanto detalle no lo proporcionan, pero en una ocasión, un joven me contó que todas las armas del conflicto armado son las que utilizan, son las que negocian y compran. No sé que tan cierto sea, porque mucha información no la proporcionan completa.

Son mareras, según ellas

Aunque se consideran a sí mismas como miembros activos, no son reconocidas por los varones. Ellos las ven como un instrumento utilizable, como sexo, pareja dentro del grupo, la mujer les es útil, nada más. No existe el reconocimiento del valor de la mujer como tal, por eso no la consideran como parte de su grupo, como para tener un lugar digno.

Supongo que ellas ignoran este hecho, porque cuando se habla con las jóvenes, ellas creen que son parte de la mara, pero no son miembros activos a ojos de los hombres, “por eso las matamos, si ya no sirve, si no quiere colaborar, vivir o tener una relación con nosotros, toca matarlas”, es lo que dicen.

Ahora bien, la función de la mujer es transportar armas, porque la mujer puede pasar más desapercibida en cuanto al uso de un arma, en cambio los jóvenes, tienen mayor tendencia en pasar frente a una patrulla y ser revisado, en cambio las mujeres no, pueden pasar desapercibidas y por eso trasladan, armas, paquetes de extorsión, teléfonos y a su vez, los pandilleros les hacen ver que sí son parte del grupo, eso les hacen notar, pero no las reconocen como miembros del grupo, solo las engañan. Prueba de eso es que en Gorriones, ellas están revueltas, tanto MS y 18.

Por tanto, las jovencitas tienen mayor oportunidad de cambiar su vida, aunque su supervivencia dentro de la mara también depende de que tanta información posean ellas.

Los tatuajes

Ahora han normalizado no tatuarse si están en libertad, para no ser evidentes, la tendencia es llenarse de tatuajes en prisión, dependiendo de la sentencia, y el tiempo de privación de libertad eso lo define.

Por tanto, los menores ingresan sin tatuajes, pero si ellos tiene la tendencia a tener una carrera delictiva, entonces su meta es ir a mayores y si su sentencia es larga, disponen tatuarse el número o las letras, el nombre de su clica, en fin, lo que ellos quieran. Y por ello es que ve que en los medios de comunicación, “los mayores” están tatuados hasta en la cara, en cambio “en menores”, la media es a no tatuarse tanto, para pasar desapercibidos dentro de la sociedad en el caso de los MS, porque los 18 sí tienen la tendencia a tatuarse. Entonces, ellos lo expresan así, “que hasta llegar con los mayores”, que es estar en el sector 11 del Preventivo, en el caso de los 18, o con los “mayores” de la MS que se encuentran en el boquerón, se tatuarán todo lo posible.

El futuro

Definitivamente va evolucionar porque son una organización que se va actualizando y cambiando normas. Me atrevo a pensar que mientras en el Congreso de la República están sentándose para discutir cómo evitar ilícitos dentro de los centros de menores, ellos, ya pensaron cuál va ser la estrategia para botar esa propuesta del Congreso, siempre van un paso adelante de las posibles soluciones que pueda implementar el sistema. Cambian sus normas para ir al día, porque se supone que el sistema conoce sus debilidades y fortalezas, pero ellos para no dejarse conocer, van cambiando sus normas, por eso es que una de las normas que cambiaron fue el tatuarse, antes la tendencia era tatuarse, ahora ya no.

Otra tendencia es que ahora buscan la educación. Tienen su permiso para estudiar y prepararse, esa es la tendencia, incluso hay jóvenes pandilleros que van a la universidad. El exponerse a la educación tendría que cambiar la forma de ver el mundo, pero hay procesos de pensamiento contaminados. Yo pensaría que entre más preparada académicamente es una persona, más tendencia tiene a no hacer ilícitos, pero ellos mismo lo dicen: “mire seño ¿si hay diputados, jueces y magistrados, y ellos son preparados [y también delinquen]” partiendo de ahí, ellos se inclinan en prepararse pero a su vez, no dejar de cometer ilícitos, pero claro está tendencia empezando, sin embargo, ellos dicen que tienen permiso de los ranfleros para estudiar. 

Útil solo si estás vivo y libre
Una vez muerto o privado de libertad ya no en una herramienta útil y muchas veces los olvidan, y por ello, jóvenes privados de libertad logran cambiar su vida, porque se sienten abandonados, y utilizados por la organización. Les sirven cuando van recuperar la libertad, antes no. 

La Jerarquía

Por ejemplo, La Rueda del barrio 18 está formada por ranfleros, entiéndase una junta directiva. En su mayoría son hombres maduros que si están libres, no salen de su casa, y tienen miembros que les ayudan: el Brincado, el Chequeo, el Paro. Las mujeres, en su caso, no pasan de ser Paros, que son las personas que les hacen favores. Por tanto, los niños comienzan como Paros, pero su identidad es tan arraigada que los jóvenes pelean por ser Chequeos o Brincados, pues su meta es ser Ranflero.

Esta es la jerarquía: se empieza como Paro, los jóvenes ven a un adolescente de 11 años e identifican sus necesidades y flaquezas, analizan su potencial dentro de la pandilla, ahí es donde empiezan a engancharlo. Le piden favores, o que sean compañía para ir a dejar un paquete o una maleta. Luego, le piden un favor para ir a dejar un teléfono o paquete y si él acepta, ya se convierte en un Paro de la mara.

Luego sigue el Chequeo, y ellos ya tienen Palabra, que es el poder de dar una orden a los Paros. Estos dos escaños son los que más hay. Luego viene que a los Chequeos se les indican matar a cierto número de personas, hacer un atentado, matar policías, fiscales del MP, depende de la magnitud de la asignación si la cumplen entonces “lo brincan”, es decir, lo ascienden como Brincado, y él ya puede ser líder de una Clica. Ahora es un líder, pero siempre bajo el Ranflero, que son los presidentes de esa “junta directiva”.

Por tanto, el tiempo que pase en cada peldaño dependerá del joven, y que tanto esté dispuesto a hacer algo por la organización. Hay jóvenes que llevan 6 o 5 meses pero la magnitud de su involucramiento es tal que van camino a ser Brincados, cuando hay otros que pueden pasar meses o años como Chequeos. Para llegar a ser Ranflero es reconocer un compromiso alto con la organización, reconocen que su vida ya es con la mara, ya es su mundo, ahora todas sus decisiones ya son pensando en base a la pandilla. Su vida, ya es de la mara.

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