Heidy Castillo
Profesión: enderezado y pintura
Madre de 2 niños de 2 y 10 años, empezó a tener contacto con el mundo de los carros a los 10 en el taller de su papá –en Chiquimula, un lugar que se caracteriza por el machismo, los sombreros, las botas y las pistolas.
A los 10 años Heidy empezó jugando en los terrenos en donde funcionaba el taller de su padre; con el tiempo dejó de jugar con sus muñecas para colaborar en el taller.
Se especializó en enderezado y pintura y fundó su propio taller, RPM, desde donde sin proponérselo ha roto con los paradigmas de la profesión.
Ana Aguilar
Profesión: piloto de transporte público
Madre soltera, empezó hace 8 años a manejar buses del transporte público. Comenzó como ayudante en los buses; luego empezó a manejar.
Dejó de trabajar durante 7 meses por las amenazas y las extorsiones, pero debió regresar: la alimentación de sus 3 pequeños hijos se lo demandaba.
Ana se juega la vida todos los días en su trabajo. Para ella trabajar en una de las profesiones más peligrosas del país es una ruleta rusa.
Karla GarcÍa
Profesión: abastecedora de combustible
Karla es madre soltera de 3 niñas, luego de quedarse desempleada por más de 6 meses y de no encontrar trabajo, decidió buscar por internet. En una página encontró un anuncio en donde buscaban a una señorita para servicio al cliente y llamó su atención. Su sorpresa fue que era para el despacho de combustible.
Al principio le dio miedo por el manejo de dinero y lo peligroso que pueden ser los combustibles. Pero la necesidad pudo más que eso y sus hijas le dieron aliento para aceptar el empleo. Le dijeron que ella era capaz y que no mirara las diferencias entre un hombre y una mujer. “Ambos tenemos la misma capacidad para ejercer cualquier trabajo”, recuerda que le dijeron.