Un par de zapatos para los pies descalzos imagen

Para algunos, no hay festejo del Día del Niño, sin embargo, siempre hay personas que organizan actividades para celebrarlo.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

A Juan, la escuela más cercana le queda a poco más de un kilómetro del lugar donde vive, a las afueras del relleno sanitario donde la pobreza y la escasez es rutinaria. Sus mañanas no transcurren como la de los otros niños, antes de ir a la escuela su tarea es acarrear agua junto con su mamá.

Al igual que él, otros niños viven en las mismas condiciones de pobreza. Para ellos, un “día del niño” es otro más, para luchar y pedir a Dios por un plato de comida. Pero, “siempre hay gente buena que nos dona”, dice Ana, la madre de Juanito.




“Siempre vienen de varios lugares y traen piñata o les regalan juguetes a los niños”. Aunque las necesidades son muchas, una de las más notorias es que sus zapatos están desgastados y a la mayoría de familias no le alcanza para comprar un par nuevo.

“Los usan para ir a la escuela y con ellos también practican física. También, como caminan mucho se gastan rápido y aparte se dañan por la lluvia”, explica una de las mamás de la comunidad.

El domingo 31 de octubre, en la iglesia Santa María, un grupo de 21 niños estaban ansiosos por la sorpresa, ninguno sabía de qué se trataba, algunos esperaban juguetes, otros un plato de comida. Las caritas de emoción de los pequeños se reflejaron cuando vieron una caja con un par de botas para cada uno, había de muchos colores: rojas, negras, azules y todas eran para ellos.




Cada uno esperaba impaciente su turno para recibir sus botitas, entre ellos murmuraban su preocupación por no saber cuánto calzaban o si habría del color que les gustaba. Cuando se probaron sus zapatos, sonrieron y corrieron para “enseñarle a su mamá”, desde la puerta gritaban “gracias”.

Las madres desde sus casas ondeaban su brazo como señal de agradecimiento. Una de ellas, tímidamente le agradece a quien se ha “acordado de sus hijos”, “así se nos olvidan las penas aunque sea por un momento”.

Una a una las botas se agotaban, “nos gustaría tener miles y poder ayudar a todos”, relata Esteban Guerrero, el organizador de la actividad. La meta se cumplió, “el fin era llevarles un momento de alegría y darles algo que les sirva y les dure”.










“Logramos donar 21 par de botas. Sé que será muy útil para la época lluviosa y que les va durar”, finaliza Esteban. 

Todas las noticias, directamente a tu correo

Recibe todas las noticias destacadas de Relato.gt, una vez por semana, 0 spam.

¿Tienes un Relato por contar y quieres que nosotros lo hagamos por tí?

Haz click aquí
Comparte
Comparte