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Maestra de enseñanza media, amante de voluntariado y de la pintura. Astrid Mariela Mayén busca vencer el cáncer.

Todo comenzó con dolores de cabeza, como cualquier síntoma. Con el paso del tiempo, estos fueron más frecuentes. “Hace aproximadamente 3 años y medio comencé con cefaleas normales, pero conforme pasó el tiempo los dolores fueron en aumento y más frecuentes”, indica.

Astrid no le ponía atención a su dolor, hasta que el año pasado se hizo más fuerte. “El año pasado tuve cefaleas todos los días y por ello consulté a varios doctores, pero jamás me prestaron atención en la cabeza, solo me decían que me dolía por alguna infección en la orina u otro malestar”, continúa Astrid.

“A finales de agosto del 2019 entré en una crisis, comenzando con vómitos durante 20 días y sin probar alimento ni líquido; en la emergencia del Hospital General San Juan de Dios nunca dieron con el diagnóstico”, relata.

Foto: Astrid Mayén 

Desmayos, convulsiones, alucinaciones y pérdida de la visión fue la crisis que puso en riesgo la vida de Astrid. “Perdí movilidad en la parte izquierda de mi cuerpo; no coordinaba, fiebres altas, usaba pañal, sin saber que mi familia me estaba cuidando todo el tiempo y en los ratos de lucidez nunca recordaba nada. Pasé una semana sin dormir, por los fuertes dolores de cabeza”, comparte Astrid.

Los dolores de cabeza no cesaban y debían saber qué pasaba. “Mi hermano mayor y otras personas me dijeron que podía ser la vista, entonces fui a Pro-Ciegos. Ahí me hicieron muchos exámenes y las oftalmólogas dijeron que yo era uno de los casos especiales que llegaban”, resalta.

Una resonancia magnética cambió la vida por completo de Astrid. “Me mandaron a hacer una resonancia magnética; la hice y ahí salió el diagnóstico del tumor cerebral llamado Glioblastoma multiforme grado 4; consulté a varios neurocirujanos y el último fue en el San Juan de Dios. El 7 de octubre del 2018 me operaron de emergencia por primera vez, tras ver en los exámenes que tenía hidrocefalia”, explica.

Foto: Astrid Mayén 

Tres meses y medio tuvo que esperar para poder ser operada y extraer el tumor maligno. “El 9 de enero de 2020 no necesité intensivo, pero a los 2 días, pasada la operación, tuve una recaída y estuve muy grave y a punto de morir; pasé con desmayos, convulsiones e inconsciente por varios días, solo con suero y vómitos, por lo que me considero una sobreviviente”, afirma Astrid.

Su vida ya no es la misma, pero sus ganas de vivir son más fuertes que la enfermedad. “Tras salir del hospital la he pasado muy mal en casa, con cefaleas fuertes y vómitos; me internaron nuevamente hace unos días, pues tuve mucha inflamación en el cerebro y me cambiaron medicamentos”, manifiesta.

El tumor es maligno y canceroso; es un camino largo de recorrer, pero no imposible.

Luchando por su vida, Astrid aún vive con el tumor. “El tumor aún sigue ahí, y es por medio de radioterapias y quimioterapias que lo tratan en el INCAN; lamentablemente, las quimioterapias son muy caras, pues son Q4,400 por 5 cápsulas mensuales de Temozolomida, un tratamiento que es de por vida”, detalla.

“Para todo ser humano, pasar unos días en el hospital es tedioso. Yo, con 3 meses y medio fue difícil, pero Dios me ayudó en todo momento; me dio fuerzas cada día, paciencia para soportar los dolores. Pero ha sido un proceso grande de convivencias, de valorar la vida, la familia, todo”, asegura la joven.

Foto: Astrid Mayén 

Un camino de esperanza

A pesar de luchar por vivir, Astrid Mariela Mayén continúa con la esperanza de ser otra combatiente que le gane la lucha al cáncer. “Soportar dolores muy fuertes, medicamentos y aprender a aceptar lo que tengo y ser positiva en todo momento es mi mayor meta”, resalta.

“El sistema de salud en Guatemala es ineficiente, con malas instalaciones; la mayoría de médicos son muy buenos, pero no contar con suficientes quirófanos e intensivo los lleva a que las y los pacientes esperen mucho tiempo por una cirugía”, asegura Astrid.

Ganarle al cáncer y poder ayudar a otras personas que pasen por algo similar es su meta.

Un camino difícil y parte de las dificultades se encuentra también en la economía para tratar una enfermedad de esta categoría. “Jamás imaginé el diagnóstico que me dieron ni el precio tan alto de las quimioterapias bebibles, que es de Q4,400 por 5 cápsulas que no tengo. Hemos averiguado en todos lados y hasta el momento aún no encontramos un lugar o persona que pueda ayudarnos por medio de una organización o fundación”, lamenta.

“Pronto tengo que comenzar con radioterapias y quimioterapias, por lo que necesito 65 cápsulas”.

 “Muchas veces vivimos cada día, cada momento, pensando que la muerte jamás llegará, pero debemos estar conscientes de que podemos morir en cualquier instante. Valoremos lo que tenemos, nuestro hogar, familia, trabajo, compartir con alegría y sin importar los problemas; en esta hermosa vida estamos de paso y qué mejor que vivirla bien y si podemos ayudar a otras personas, mejor”, comparte.

Foto: Astrid Mayen 

Si deseas apoyar en el proceso de compra de medicamentos, puedes llegar este 10 de marzo al Abejorro-Arkadia Mall, a las 19:00 horas, a un concierto en beneficio de Astrid Mayén.

La donación es de Q40. “Por el momento estará el concierto lleno de buena música y artistas geniales. Si hay alguien que desea apoyar, les dejo mi número de cuenta: BANRURAL MONETARIA / 3212008018, a nombre de Evelyn Alejandra Mayén Lara”.

“El camino es largo, pero jamás imposible. Gracias por todo y Dios los bendiga”.

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