San Juan La Laguna, una experiencia turística cercana a la comunidad y sus raíces ancestrales imagen

En 2007 se inaugura el destino San Juan La Laguna y se nombra la asociación Rupalaj K’istalin como el principal promotor y coordinador de turismo.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Desde la casa de Marcos se puede escuchar el sonido sutil del Lago de Atitlán y de los perros ladrando en la noche. Desde hace más de 5 años son parte del programa de Turismo Comunitario Rupalaj K’istalin de San Juan La Laguna, que ha beneficiado a su familia para tener una mejor condición de vida.

“Hace 10 años no había turismo en nuestra comunidad, todos se quedaban en Sololá y en otros pueblos, pero como comunidad decidimos empezar con este proyecto que gracias a Dios nos ha ayudado mucho a las familias. Yo no sé leer ni escribir, tampoco mi esposa; antes de este proyecto nos dedicábamos a la agricultura y juntos decidimos unirnos a este proyecto que nos ha permitido darles una mejor vida a nuestros hijos”, relata Marcos.

En 2007 se inaugura el destino San Juan La Laguna y se nombra la asociación como el principal promotor y coordinador de turismo con las demás asociaciones de pintores, textiles, medicina natural y otros destinos de interés.

San Juan La Laguna tiene un encanto natural que te hace no querer irte. Desde ahí se observa la famosa montaña del Rostro Maya y otro espectáculo natural es ver el amanecer desde El Mirador del Cerro, además de las vistas desde las casas de las comunidades al Lago de Atitlán.

En lugar de un hotel tradicional, los turistas son recibidos por una familia que les brinda una cómoda habitación, los servicios propios de un hotel, la oportunidad de compartir en familia y vivir la experiencia gastronómica desde el hogar.

“Es un talento natural”, describe María. “A ninguno de nosotros nos mandaron a la escuela para aprender a pintar o tejer, sino que fue por necesidad y porque se nos quedó por la enseñanza de nuestros padres”, cuenta, mientras se coloca su telar de cintura para tejer una bufanda.

Pintura

Las calles de San Juan son coloridas, hay arte por donde quiera que se vea; todas las obras son propias de las personas de la comunidad y que han aprendido de forma empírica por la enseñanza de sus antepasados, tal como Antonio Coché Mendoza, pintor de la comunidad y que tiene la galería de arte Chiya´.

En sus obras plasma lo mejor de las costumbres de la comunidad. “Todo lo aprendí viendo”, declara. Utilizan dos técnicas de pintura peculiares: vista de hormiga y vista de águila, como la obra que decora la fachada de la galería, titulada “Curanderos de Hueso”, de Angelina Quie. Además, la galería funciona como una academia donde los niños y jóvenes pueden aprender y desarrollar sus habilidades en dicho arte.

Música

Caminando por las calles de San Juan se encuentra la Casa de la Cultura, donde Gaspar, Evelia, Jorge y Santos Tzep deleitan a los turistas con música hecha a base de instrumentos mayas y letras en Tz’utujil. El grupo se llama Tz’utuj Q’ajom e inició en 2013, luego del Oxlajuj Baktún.

Guías turísticos

Guillermo es uno de los guías comunitarios involucrados en la asociación Rupalaj K’istalin; vestido con el traje típico de San Juan deleita con su narrativa e historias a los turistas mientras van cuesta arriba hacia el Mirador del Cerro. Una maravilla observar el amanecer desde ese lugar.

Diego prepara todo para realizar la mística Ceremonia del Árbol, por medio de la cual dan gracias al creador por los bienes recibidos y las bondades que ofrece la naturaleza. Él también es guía turístico de la zona.

La ceremonia se lleva a cabo en el idioma Tz’utujil. En la corteza del árbol se coloca un circulo de azúcar, trozos de un árbol sagrado para los mayas, velas blancas, amarillas, rojas y negras, que representan los cuatro puntos cardinales, así como azul y verde. En esta ceremonia dan gracias al Ajau, por sus favores.

Textiles

La elaboración de textiles se realiza desde la producción del algodón, los hilos son teñidos con colorantes naturales como la remolacha, semillas de achiote, hojas de palo de aguacate, guayaba, romero, pimienta; además, la fase en que la Luna se encuentra puede hacer que los colores varíen.

Esta actividad está a cargo de las mujeres, quienes dedican su tiempo a tejer y que por medio de la venta de los mismos aportan a la economía de las familias. Para la elaboración de una sola bufanda tardan una semana.

Chocolate

Otro grupo de pobladoras se dedica a la elaboración de chocolate de manera artesanal, desde el secado y tueste del grano de cacao, y molido en la piedra de moler. Estos productos están disponibles al público, en diferentes sabores hechos de forma natural.

Beneficio comunitario

Por medio de Rupalaj K’istalin, que se convirtió en la primera asociación dedicada al turismo en el municipio, se ha logrado involucrar al 85 por ciento de las familias en el turismo; 40 familias son prestadoras del servicio de hospedaje.

De los ingresos generados por el turismo, el 50 por ciento llega a manos de los comunitarios por medio de sus ventas y servicios; la otra parte se utiliza para el apoyo de la comunidad para revalorizar y conservar la cultura y los recursos naturales heredados por sus antepasados.

San Juan La Laguna forma parte de los siete emprendimientos que recibieron apoyo por parte del Proyecto Regional de Turismo Comunitario Maya, según Beatriz González, del Instituto Guatemalteco de Turismo (Inguat).

Fotos: Astrid Díaz

Todas las noticias, directamente a tu correo

Recibe todas las noticias destacadas de Relato.gt, una vez por semana, 0 spam.

¿Tienes un Relato por contar y quieres que nosotros lo hagamos por tí?

Haz click aquí
Comparte
Comparte