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El tono amarillo en su piel era solo un indicio de lo que podía tener. Un fuerte dolor no le permitía levantarse de su cama para ir a trabajar, asustada por la intensidad del malestar llamó a emergencias, no tuvo tiempo para avisar en su trabajo lo que le pasaba.

Sus vecinos fueron testigos cómo del séptimo nivel los paramédicos bajaban a Gloria. Todos quedaron perplejos al verla pues decían que “era una muchacha muy sana”. La señora que cuidaba la puerta alcanzó a despedirse de ella, como un vaticinio le apretó la mano y vio cómo la ambulancia se la llevaba.




Un hospital privado en zona 1 le abrió las puertas, Gloria no tiene familia fue hija única y sus papás ya fallecieron, nunca se casó pues consideraba el matrimonio como algo opcional, eso sí, viajó por el mundo tanto como pudo.

Le realizaron laboratorios, el doctor le dijo que no se preocupara, su enfermedad era delicada pero que tenía solución, Gloria padecía hepatitis A.

Los diferentes tipos de hepatitis afectan a 400 millones de personas en el mundo.

Los síntomas de la hepatitis son:

  • Dolor en las articulaciones.
  • Náuseas.
  • Dolor abdominal.
  • Orina oscura.
  • Color amarillo en piel y ojos.

De acuerdo con la OMS, la hepatitis es una inflamación del hígado. La afección puede evolucionar hacia una fibrosis (cicatrización), una cirrosis o un cáncer de hígado.

La hepatitis A y la E son causadas generalmente por la ingestión de agua o alimentos contaminados. Las hepatitis B, C y D se producen de ordinario por el contacto con humores corporales infectados. En el caso de la hepatitis B, la transmisión de la madre al bebé en el parto o de un miembro de la familia al niño y también con el contacto sexual.




Gloria permaneció en reposo durante cuatro semanas, tal como le indicó el doctor con una dieta nula en grasas, caminar poco, además de ingerir mucha agua pura.

El doctor Gustavo Quiñónez explica que “inicialmente lo que lleva al diagnóstico es el aumento de los niveles de transaminasas en la sangre, producida por la inflamación del hígado. Esta elevación puede ser muy importante en las hepatitis agudas y es leve o moderada en las hepatitis crónicas”.

Prevención

  • Vacunarse contra la hepatitis.
  • Mantener una buena higiene (lavarse las manos).
  • Cocinar bien los alimentos.
  • Tomar agua hervida.
  • Elementos como: jeringas, agujas y cuchillos son de uso personal.

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