¿Te has preguntado cómo podemos salvar al planeta del cambio climático? Según un estudio, existen 4 maneras para reducir el CO2.
Una investigación hecha por Seth Wynes y Kimberly Nicholas, investigadores de la University of British Columbia, asegura que existen cuatro acciones individuales que pueden contribuir a reducir la cantidad de emisiones de contaminantes que una persona genera.
No usar el automóvil, llevar una dieta a base de plantas o no tener hijos tienen un mayor impacto”. – Seth Wynes
En la investigación mencionan que no usar el vehículo reduciría 2.4 toneladas de emisiones de CO2 al año; decirle adiós a los viajes transatlánticos significaría 1.6 toneladas de dióxido de carbono menos por persona, y llevar una dieta a base de plantas tendría un impacto de 0.8 toneladas de CO2 al año. ¿Podrías hacerlo?
¡No más niños!
Pero el dato más curioso de la investigación se encuentra en ¡no tener hijos!
Los expertos mencionaron que el impacto más significativo en cuanto a reducción de emisiones de dióxido de carbono sería tener un hijo menos o ninguno.
Dicha conclusión se basó en récords históricos y la emisión de dióxido de carbono. Esta última forma de ayudar al medioambiente, reduce hasta 56.8 toneladas de dióxido de carbono al año.
“Una familia que decida tener un hijo menos tendrá el mismo impacto en cuanto a reducción de emisiones que 684 adolescentes que decidan adoptar un estilo de vida de reciclaje por el resto de su vida”, comentan los investigadores.
Una encuesta realizada en Estados Unidos señala que 38 por ciento de los jóvenes, de entre 18 y 29 años, consideran que el cambio climático debería ser un factor clave para la decisión de tener hijos.
En Guatemala también existen jóvenes que entre sus planes no se encuentra convertirse en padres. Una de las razones más comunes es que prefieren viajar, estar económicamente estables, no contraer matrimonio o simplemente vivir con una pareja sin compromisos. “Yo no me quiero casar y mucho menos traer un niño a sufrir. El mundo cada vez se está destruyendo; ¿valdría la pena dejarle a las futuras generaciones un mundo que no sirve? Para mí, no sería justo”, comenta Alejandra, de 26 años.
“Sí quisiera encontrar una pareja y quizá casarme, pero convertirme en papá, no lo creo. Un niño es una inversión, cada año la vida está más cara y el mundo, más destructivo. Preferiría utilizar ese dinero para vivir cómodamente”, explica Jorge Mario, de 28 años.
“Mira, tener hijos en este país, a como vamos, sería un suicidio; no tenemos los mejores índices poblacionales para vivir. No existe una sola institución que de verdad vele por el bienestar de los guatemaltecos. Si a nosotros los jóvenes nos cuesta sobresalir en este país, ahora imagínate con un niño; no quiero pasar penas con un bebé”, afirma Gabriela Azurdia, de 25 años.
En 2017, el alto comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Zeid Ra’ad Al Hussein, mencionó que alrededor del 60 por ciento de la población guatemalteca vive en la pobreza absoluta; el 23 por ciento, en pobreza extrema; y el 46.5 por ciento de las niñas y niños menores de 5 años padece desnutrición crónica.
Más del 20 por ciento de la población no sabe leer ni escribir, y entre las mujeres indígenas esta cifra asciende al 43 por ciento. El Estado solo asigna el 3.15 por ciento.
Un informe de PNUD analiza el índice de desarrollo humano de Guatemala, ocupando el país el puesto 127 de 189 naciones. Haití y Honduras tienen un valor más bajo que el nuestro.
A pesar de tener los índices de desarrollo humano bajos, aún existen jóvenes que desean tener hijos.
“Yo sí quiero tener hijos. Si en la investigación menciona que el no tener hijos va a erradicar el cambio climático, no lo creo. Ese problema ya está muy acelerado y también tienen la culpa de las grandes industrias”, manifiesta Armando Figueroa, de 26 años.
Lee la investigación, aquí: The climate mitigation gap: education and government recommendations miss the most effective individual action
“Son muchos factores los que hay que analizar; primero, tener una estabilidad económica y ese deseo de convertirse en padres. Con mi esposo, a nuestros 33 años, sí queremos tener hijos. Hay personas que nos dicen por qué, y la razón es que existen aquellos que no quieren y otros que sí, entonces deben respetar cada decisión. En nuestro caso, sí poseemos la solvencia económica para criar niños”, explica Jessica Hernández.
¿Crees que estas acciones ayuden a detener el cambio climático?
Fuentes: IOP Science, Forbes, ONU y PNUD