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Los mejores nísperos se encuentran en San Juan del Obispo.

Los encantos de este pueblo no solamente se basa en su arquitectura, sus paisajes, poseer el primer Palacio Arzobispal en Guatemala, además de ser considerado un pueblo tranquilo para vivir, sino también hay otro elemento que hace a San Juan del Obispo ser visitado y es gracias al níspero, fruto principal de la economía del lugar.

Datos históricos cuentan que el obispo Francisco Marroquín fue el primero que trajo de España el níspero a la comunidad.

Los lugareños aseguran que más allá de ser un fruto, es utilizado medicinalmente y para recetas culinarias.

Foto: Transtour CR 

Museo del Níspero

Ubicado al principio de la entrada del pueblo, en una casa de color amarillo, se encuentra el Museo del Níspero.

Foto: Juan José Muralles 

Conocido por turistas extranjeros y nacionales, este pequeño lugar guarda mucha historia. Procopio Lobos fue el encargado de iniciar el amor por este fruto, al emprender “Lobos Vino,” un vino artesanal a base de níspero. Este se distingue por poseer los sabores de pera, manzana, membrillo, melocotón y cereza; que han sido reconocidos por los turistas.

Foto: Juan José Muralles 

El níspero puede crecer del tamaño de una manzana o melocotón.

Con un recorrido por sus salones, el interior de la casa posee fotografías de todos los visitantes, personalidades y turistas que han sido parte del negocio.

Foto: Juan José Muralles 

Cada vino es cosechado del terreno de la familia Lobos, que se encuentra en las faldas del volcán de Agua. Alrededor de 20 agricultores viajan desde regiones como Huehuetenango y Quiché en busca de oportunidades.

Cada agricultor labra y prepara la tierra para la futura cosecha, cuando el fruto está listo, ellos sobre sus hombros bajan con 4 a 6 canastas que pueden llegar a pesar de 40 a 50 libras.

“Los trabajadores van de 3:00 a 4:00 a. m., para que no les afecte los rayos del sol”, dice Juan Lobos, hijo de Procopio Lobos.

Cada vino artesanal posee diferentes sabores de acuerdo a su añejamiento. Hay dulces y con aromas agradables, que pueden contener de 5 a 12 por ciento de alcohol.

Foto: Juan José Muralles 

“Nuestros vinos han estado en los mejores hoteles de Antigua Guatemala”, dice Lobos 

No solamente a la producción de vino se dedican, sino también de helados hasta té de nísperos, que son parte de la tradición de la familia Lobos.

“Es nuestro producto oro, la cosecha la vemos durante dos meses, pero los productos derivados los ofrecemos durante todo el año”. “Esto forma parte de la economía de la comunidad, ya que nosotros queremos siempre el desarrollo de nuestra gente”, expresa Juan Lobos.

En noviembre se realiza el Festival del Níspero, en San Juan del Obispo, en donde podrás conocer la finca de nísperos y cómo es el proceso de la producción.

Solo debes llegar al Museo del Níspero y ellos gustosamente te llevarán a su finca.

Cada rincón de Guatemala posee historias y detrás de ellas guatemaltecos que ponen el nombre de su comunidad y del país en alto.

¿Te atreves a conocer el Museo de Níspero? ¡Apoya el turismo nacional!

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