Mototaxis: inseguros, pero baratos imagen

Rapidez, precios bajos y poca seguridad, es lo que ofrecen estos servicios.

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Es el mismo panorama de todos los días, levantarse, vestirse, “medio desayunar” y salir a prisa para llegar rápido al trabajo. Se escucha en las noticias “mataron a un chófer” (otro más) y en la parada de bus es un caos, todos quieren subir. Solo hay dos opciones: o irse colgando o buscar otro transporte.

Las opciones son escasas: Uber, taxi colectivo o el famoso mototaxi, que de seguro tiene poco, “para llegar rápido al trabajo se hace el sacrificio”, dice Jeimy, quien viaja con frecuencia en dicho servicio. Es lo más económico que se encuentra, con relación a las otras opciones parece la salida más fácil.

¿Cuánto cobra para llevarme a la zona 10, cerca del Bulevar los Próceres? Pregunté, Q30, respondió Byron, el chófer de turno. Cuando iniciamos el viaje el reloj marcaba las 8:32 de la mañana. Me subí a la moto, él no tenía casco o algún tipo de protección, mucho menos los pasajeros, “agárrese bien” fue lo único que dijo durante el trayecto.




¿Lleva prisa? Cuestionó, le respondí que “no mucha”. Las calles se hacían cortas, la velocidad de la moto era algo excesiva y lo único que le detenía eran los semáforos en rojo, que de vez en cuando ignoró. Le pregunté si los multaban por no llevar chaleco o casco, él con una sonrisa burlona me respondió “no seño, para nada ni siquiera lo intentan”.

Me percaté también que su moto no estaba en las mejores condiciones, le costaba hacer ciertos cambios de velocidad y parecía quedarse trabada en algunas ocasiones; pero lo que más me sorprendió fue que no llevaba retrovisores. Le cuestioné por eso y me explicó que la tarde anterior un carro se los había arrancado, pero que eso no era problema para “manejar bien”.

El recorrido de la Avenida Elena a los Próceres duró 20 minutos exactos, “ni el Uber la hubiera traído tan rápido”, expresó, además de darme su tarjeta “por cualquier emergencia”. También, me preguntó si era la primera vez que me subía a un mototaxi y con honestidad le contesté que sí.




La experiencia fue atrevida; la velocidad, el estado de la moto y las nulas medidas de seguridad con las que cuentan hacen que te preguntes si vale la pena.

Desde las 5 de la mañana hasta las 8 de la noche, un grupo de motoristas se coloca sobre la Avenida Elena, frente a la Liga Nacional contra la Tuberculosis y ofrecen sus servicios a todos aquellos que van tarde a sus trabajos o solo quieren llegar rápido.

Cabe mencionar que dicho servicio no está regulado, es ilegal. La mayoría de los motoristas operan de esa manera por “la necesidad económica”. La mayoría de carreras que piden los clientes son para las zonas 9, 10, 13, 14 y 15.




“Vamos a todos lados, pero, por la inseguridad, no entramos en calles y lugares peligrosos”, relató Byron. Agrega que las mujeres son las que más demandan el servicio de mototaxi.

Se estima que en toda la ciudad hay unas 500 motos que prestan este servicio. Su éxito radica en la rapidez, precios bajos y competitivos. No ocasionan tráfico como un carro o camioneta, todo esto en contraste con la seguridad que es casi inexistente.

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