Lunita no tiene casa, por no ser de raza imagen

Carmen y su familia devolvieron a su perrita, “Lunita”, tras enterarse de que no es de raza.

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En Guatemala, muchos son los perritos que no tienen un hogar: unos, por haber nacido en la calle; otros, tras haber sido abandonados. Unos tienen que aguantar hambre, frío y lluvia, mientras que otros se ven un poco beneficiados ante la ayuda de algunos vecinos o persona caritativa que les dan de comer.

Hay algunos que corren con mejor suerte, luego de ser adoptados por familias amorosas que les entregan un hogar y los hacen sentir amados. Lastimosamente, no ocurre en todos los casos. Un claro ejemplo de ello es el de Carmen Catalán y su familia, quienes decidieron adoptar una perrita. Al principio todo era paz y armonía, pero con el tiempo las cosas cambiaron.




La familia Catalán decidió adoptar una perrita que una amiga les ofreció, la cual había encontrado en la calle, bajo de la lluvia. La nombraron “Lunita”, ya que su pelito blanco les encantaba.

“De pequeña era bien linda, pues parecía un algodoncito y por ello nos gustaba, porque era una bebé muy tierna”. Carmen Catalán

A los pocos meses de vivir en la casa, “Lunita” se enfermó y por ello la tuvieron que llevar al veterinario, quien le diagnosticó infección estomacal. Asimismo, le indicó a la familia que la perrita era de raza indefinida.

Esto no le gustó a la familia, pues siempre había tenido perritos de raza.

Carmen habló con su esposo, para decirle que ellos no podían permitir que una perrita que no era de raza fuera parte de su familia. Al principio, él se molestó ante dicha situación, pero luego ella lo convenció para que devolviera a “Lunita”.




“Mire, después de hablar con mi esposo, llamé a mi amiga y le dije que no podíamos tener a la perrita porque no era de raza, aparte de que ella no me lo dijo. Además, fue creciendo y ya no podía tenerla en mi casa, porque creció más de lo que esperaba”.  Carmen Catalán

La amiga de Carmen tuvo que ir a traer a la perrita y cuidarla, pues ya no la querían porque supuestamente había crecido mucho. 

Para la organización Cuida Animales, este es un caso que lastimosamente es muy común, pues muchas personas les escriben únicamente para pedirles perros de raza o que se puedan comercializar.

Con el tiempo, Carmen logró adoptar otro perrito que sí era de raza pequeña, al que nombraron “Judas”. 

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