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Cuando llegas a la región de Las Verapaces, no solo percibes su esencia en el típico clima sino en su vasta gastronomía. Esos sabores que mezclan no solo el gusto del pavo o chunto, sino de los picantes e ingredientes particulares del área.

Por ejemplo, en Cobán no puedes dejar de disfrutar del Kak’ik, un platillo de origen maya q’eqchi’, ​declarado como Patrimonio Cultural Intangible, un plato con identidad guatemalteca. Cobán es conocida como la Ciudad Imperial debido a que fue nombrada así por el emperador Carlos V por su ubicación estratégica. Su topografía permite hacer recorridos en la naturaleza ya que cuenta con muchas bellezas naturales como las cuevas de Candelaria, el Parque Nacional Laguna de Lachuá, el Parque Ecológico Orquigonia o el Vivero las Verapaces, entre otros.

De acuerdo con la historia, la presencia de los dominicos permitió que el Kak’ik continuara preparándose como en la receta maya original que lleva pavo, tomate de árbol, miltomate, ajo, canela, clavos de olor y pimienta de Castilla. Estos ingredientes agrupan la historia de la nación, evocan a los fogones en donde por primera vez se mezclan las comidas para los rituales del pueblo, con los ingredientes y condimentos precolombinos.

El chef Luis Castillo recomienda esta preparación: lava el pavo y si lo deseas antes de cocinarlo para darle sabor, puedes flamearlo (​quemar el licor antes de agregarlo al alimento para marinarlo​). En una olla con suficiente agua, cuece el pavo con cebolla y ajo. Cuando el ave esté suave, retíralo de la olla. Por aparte, asa los tomates, miltomates, ajo, cebolla, chiles guaque y cobanero. Muélelos o licúa hasta obtener una consistencia suave. Agrega el recado al caldo de pavo, sazona con hojas de olor, pimienta gorda, clavos asados y machacados.



Foto: INGUAT

Ahora bien, si lo que quieres es conocer la gastronomía de Baja Verapaz, pues acércate a Rabinal. En este poblado, degusta el Pinol o Pinole que recibe este nombre por la harina que obtienes tras moler granos enteros de maíz. Es una comida ceremonial declarada en 2015 por el Ministerio de Cultura y Deportes como Patrimonio Cultural de Guatemala, correspondiente a las comunidades lingüísticas kaqchikel y achi’, las cuales conviven en esta área y comparten no solamente tradiciones sino gastronomía.

El Pinol es tan importante para la región, que el proceso de elaboración es todo un rito, como lo describe el chef Luis Castillo: tras ablandar y secar el maíz, lo tuestas con cuidado en un comal, removiendo constantemente para evitar que se te queme. Luego, pásalo por un colador grande para limpiarlo. Dependiendo, de la textura que desees, lo puedes llevar a un molino y pedir lo procesen según tu gusto.

Después, agrega al caldo de pollo, tomate, miltomate, chiles, comino, tomillo, pimienta de Castilla, mezcla hasta que se convierta en una especie de atol. Agrega la carne al gusto. Antiguamente se preparaba con hongos. Rabinal​ está bañado por muchos ríos, los más importantes son Salamá y el Motagua. Cerca de su territorio se encuentran las reservas naturales ​La ​Sierra de las Minas​, ​Biotopo Mario Dary Rivera​ o ​Biotopo del Quetzal​ y Parque Regional Municipal Los Cerritos.

Durante sus fiestas, realizan eventos religiosos, sociales, culturales, deportivos y las danzas folclóricas como el Venado, el ​Palo Volador​, Rabinal Achí, Toritos, Moros y Cristianos, entre otros.  



FOTOS: XAVIER HAUSSLER


FOTOS: XAVIER HAUSSLER

Así que, si quieres disfrutar no solo de la naturaleza, ver las orquídeas o al quetzal en su ambiente, sino disfrutar de platillos ancestrales, visita el área de Las Verapaces y disfruta de sus inigualables sabores.

Fuentes: INGUAT, Ministerio de Cultura y Deportes, Chef Luis Castillo. 

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