La ouija sí les funcionó imagen

¿Mito o realidad? Esta es la historia de dos adolescentes que presenciaron sucesos paranormales por jugar la ouija.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

A algunos les sirve, a otros no. El caso de Frida y Daniela fue positivo: la ouija le funcionó, pero no pensó que los siguientes meses, viviría una pesadilla.




Como muchos adolescentes, las historias de terror siempre resultan excitantes y fascinantes, sean inventadas o reales. Nos hacen investigar acerca de un tema para confirmar si lo que escuchamos puede ser cierto.

Así le pasó a Frida

Frida Cárcamo, una chica de 17 años, quien se encuentra en su etapa de rebelde: hace lo que quiere cuando quiere, consume comida chatarra 24/7, no hace la tarea y ni asiste al colegio. 

“Yo le había hecho ganas un par de veces porque siempre hacíamos cosas chileras”, comentó Daniela Hernández, su mejor amiga.

A pesar que estaba en su etapa de rebeldía, Frida no ingirió ninguna droga porque “eso no era lo suyo”, simplemente le encantaba llamar la atención de una forma errónea. Tampoco, le faltaba cariño en su casa, puesto que era muy mimada al ser hija única.

“Yo quería hacer algo diferente, así que convencí a Dany que compráramos una ouija, a nadie le funcionaba y creía que eran casacas”.




Y así lo decidieron, compraron una ouija, pero esperaron a que fuera de madrugada. Ambas organizaron una pijamada en casa de Daniela y se dirigieron a un barranco cercano a la casa.

Esperaron la hora “nona”, que le dicen, o sea las 2 de la mañana y comenzaron a jugar. “Al principio no pasó nada, transcurrieron 30 minutos, ya me había aburrido y de repente sentí que Dany había jalado la pieza”.

Frida estaba asustada y emocionada, pero culpaba a su mejor amiga de haber movido la pieza hasta que vio su reacción; Daniela estaba llorando de lo asustada y juraba que ella no había movido nada.

“El ambiente se sentía demasiado pesado, yo me sentía muy agotada y con miedo al mismo tiempo, no creo haber experimentado algo así nunca”, comentó Frida.




Ambas adolescentes no podían pararse, lo que aumentaba el miedo y las ganas de llorar.

Nunca le pusieron atención a lo que la pieza señalaba en el tablero, solo a que la misma no paraba de moverse, lo hizo alrededor de 6 veces, lo que ellas recuerdan.

Ya eran alrededor de las 4 de la mañana y decidieron irse a su casa, ambas escondieron la ouija entre unas piedras y hojas secas, luego se marcharon.

“Regresamos con Frida y pensábamos que algo malo iba a pasar si no nos deshacíamos de la ouija, así que la quemamos porque tirarla a la basura no iba a ayudar en nada, pero la cantamos”, comentó Daniela.

Ambas investigaron acerca del tema y se toparon con muchos foros, en los que daban información. Se llevaron la sorpresa que habían distintos métodos para deshacerse de una ouija, pero lo que no debían hacer era quemarla, puesto que eso deja puertas abiertas hacia otro mundo o dimensión.

Los sucesos

Trataron de olvidarse de todo y mantener la mente ocupada. Frida había dejado su comportamiento rebelde, aunque por momentos, pensaba más en lo sucedido y le daba la impresión que siempre la vigilaban. 

Tanto Daniela como Frida, escuchaban por las noches pasos afuera de su cuarto, movimiento de utensilios en la cocina, adornos movidos en los pasillos y plantas arrancadas en el jardín.

“Una vez sentí cosquillas y comencé a reírme, pero me desperté, vi la hora y eran las 2:00 a.m., volteé a ver al final de mi cama y nada, no había nadie”, recordó Frida.




En ese momento se asustó demasiado porque intentaba ignorar lo que pasaba en su casa por casi dos meses. Ambas adolescentes estaban desveladas y demacradas. En el caso de Daniela, jamás sintió ningún contacto, pero percibía un ambiente pesado todas las noches.

“Lo peor es que mi mamá se levantaba de madrugada al baño y mientras ella estaba dentro, se escuchaban somatones muy fuertes en el pasillo, ella no escuchaba nada, decía que tanta tarea me tenía aturdida, eso sí me frikió”, expresó Daniela.




Según BBC, en la tabla de ouija, no son los espíritus los que mueven el objeto, son las propias personas que lo sostienen. Este fenómeno se conoce como el efecto ideomotor, que consiste en la influencia de la sugestión sobre los movimientos corporales involuntarios e inconscientes.

Un estudio realizado afirma que no hay ninguna fuerza sobrenatural trabajando en la ouija, hay solo pequeños movimientos que se hacen sin darnos cuenta. La cadena de personas permite que el movimiento sea exagerado, mientras que la inercia del peso permite que se mantenga y transforme en un círculo completo.

Si es solo la imaginación o el poder del cerebro el que coloca los sonidos, los movimientos y el sentir, Frida y Daniela no han podido controlarlo, pues ellas creen que esto es algo 100 por ciento paranormal. 

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