En 2009 inició una tradición para la familia Bolaños, cargar en hombros a la Virgen de Soledad, del templo de Santo Domingo. A Juan Manuel Bolaños, se le ocurrió la idea de comprar diez turnos, pero esta inquietud le nació porque ya había pertenecido muchos años a una hermandad, pero ese mismo año se retiró. Él sabía que iba a extrañar cargar el Viernes Santo, porque ya no era parte de ese grupo, entonces adquirió las primeras diez cartulinas y se las dio a sus primos.
Todo cambió el siguiente año, pues la abuelita materna de Juan Manuel falleció, por ello decidió comprar la mitad del turno, en memoria de ella, para Sábado Santo.
A partir de ese momento se convirtió en un turno familiar.
“Después lo volvimos un turno de los Bolaños, para coincidir todos en una misma cuadra, en un mismo horario y para agradecer por las bendiciones que recibimos durante el año”. Juan Manuel Bolaños.
Desde hace 5 años compraron el turno completo, que lo cargarían, los familiares y amigos.
Luego, el agradecimiento cambió, pues hace tres años le dieron otro significado, dar las gracias a Dios por la vida de sus abuelos Gilberto y Alicia, esto debido a que su abuelito se enfermó y lo entristeció.
“Tomamos la decisión que fuera un agradecimiento por la vida de mis abuelos paternos, porque han sido la cabeza de la familia, quienes nos han mantenido unidos y enseñado los valores. Por eso, se volvió una acción de gracias con el nombre de ellos”. Juan Manuel Bolaños.
Pero, el año pasado en la hermandad cambiaron el mueble que se usaba para la virgen, ahora es más grande, por lo cual Juan Manuel había adquirido solo la mitad del turno, para que no se perdiera la tradición, pero su primo José lo apoyó y pagó la otra mitad del turno, para que pudieran cargar.
Actualmente, los primos se reúnen, para definir a quiénes se les darán los turnos y cómo será la logística para cargar. Desde familiares, amigos cercanos y conocidos que han sido especiales en la vida de la familia. Algunas veces se ha seleccionado otras amistades, porque por algunos motivos de viajes y trabajo no pueden llegar los que siempre han participado. Lo que sí tienen seguro es que ellos desean continuar con la tradición.
“Mi abuelita se emociona mucho con este turno. Nosotros siempre dejamos un brazo del turno vacío, que es el que los representa a ellos, que por cuestiones de edad, mi abuelo ya no puede andar y mi abuela no lo deja nunca”. Juan Manuel Bolaños.
“Ahora tenemos 80 brazos, que todos son por agradecimiento de mis abuelos”. José Sierra.
Luego del turno, la familia se reúne para convivir y saber cómo les fue a todos durante la Semana Santa. Además para fomentar la unidad.
