“Fui deportado luego de 43 años de vivir en Estados Unidos” imagen

A sus 46 años, Juan Manuel Gálvez fue deportado y tuvo que dejar a su familia y a sus hijas, en Estados Unidos. Llegó a un futuro incierto en Guatemala.

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Guatemala recibe un gran número de migrantes retornados, muchos con experiencia en la gastronomía y la construcción, pero sin un título que los avale para conseguir un trabajo. Este plan piloto pretende ayudarlos a conseguir una certificación y así puedan reinsertarse.

Juan Manuel vivió 43 años en Estados Unidos, emigró junto a sus padres a ese país cuando aún era muy pequeño, vio a sus hermanos nacer al otro lado de la frontera al igual que a sus tres hijas que son estadounidenses. 

Sin embargo, nunca imaginó que luego de tantos años regresaría a Guatemala, a un país que, aunque es originario nunca ha vivido en él hasta ahora. Nervioso y emocionado por este día en que recibía una certificación que podrá ayudarle a conseguir un trabajo, cuenta su historia que como muchos guatemaltecos que viven en Estados Unidos y por diferentes situaciones son deportados.

Muchos no tienen familia ni trabajo y regresan sin nada seguro, lo cual se convierte en una experiencia difícil como Juan Manuel cuenta, ya que luego de vivir tanto tiempo en un país que consideraba su hogar, tenía que dejarlo y volver a comenzar. “No aproveché la oportunidad, porque tenía mi residencia, me confié porque nunca me metía en problemas, entonces no la perdería, pero debido a un percance sucedió y fui deportado”, cuenta.

Juan Manuel Gálvez 
Graduandos de la certificación 

Alrededor del 65 por ciento de los migrantes retornados traen más de cinco años de experiencia en actividades relacionadas con la construcción y gastronomía.

para abrir oportunidades

Recién se enteró del “Proyecto piloto de inclusión laboral de migrantes retornados a Guatemala”, cuando recién llegó a la Fuerza Aérea Guatemalteca, en donde son recibidas las personas que son deportadas de Estados Unidos. La Asociación de Retornados Guatemaltecos (ARG) se comunicó con Gálvez para conocer un poco más sobre si tenía algún estudio u oficio, “les dije que allá me dedicaba a la construcción y la carpintería”, comenta.

Así fue como tres semanas después por medio de la Fundación Avina y la Fundación Suiza de Cooperación para el Desarrollo Técnico, Swisscontact, logró ingresar a INTECAP en el Proyecto piloto de inclusión laboral de migrantes retornados a Guatemala. Así, logró una certificación que le permita conseguir un mejor trabajo según sus capacidades.

Aunque no ha sido fácil debido a muchos aspectos como el idioma y no estar con sus hijas, reconoce que aún queda mucho por hacer. A sus 46 años, Juan Manuel se siente orgulloso y feliz de haber conseguido una oportunidad como esta, que le permita visualizar más claro el futuro, así como trabajar en lo que le gusta. También, está esperanzado de poder algún día volver a reunirse con su familia. 

75 personas recibieron certificación de INTECAP

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