El peligro de apodar a las personas imagen

Un “apodo” o “sobrenombre” puede marcar de manera negativa a una persona por el resto de su vida.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Los “apodos” o “sobrenombres” son una manera de referirse a otros de forma “cariñosa”, también tienen como propósito agredir o menospreciar a alguien. En la mayoría de los casos ocasionan problemas de identidad que van acompañados de baja autoestima, que provocan que el individuo no se pueda aceptar así mismo. Esto ha sido el caso en estas tres historias:

“Me apodaron Duvalín por mi piel”

En una colonia de la zona 3, de la Avenida Elena, vive Alejandro Mallorga, a quien lo conocen como “Alex”. Es un joven alegre que le gusta jugar fútbol en su tiempo libre. Sus amigos más cercanos lo apodaron “Duvalín y bicolor”, debido a que padece vitíligo, una enfermedad de la piel.

Las primeras apariciones de las manchas fueron en sus brazos, luego en su cuello, piernas y por último en el rostro. “Cuando empecé era difícil porque aún estudiaba y me molestaba, pero luego me acostumbré a que me dijeran apodos. En la cancha de fútbol se escucha ‘vivo Duvalín, aunque me gustaría me respetaran”, dijo Alejandro.

El vitíligo ocurre cuando mueren las células que producen melanina o dejan de funcionar, esto provoca la aparición de las manchas de color blancas y suelen aparecer aproximadamente a los 20 años. Todavía se desconocen las causas de la destrucción celular.



Foto: Google

“Me nombraron renca por mi discapacidad”

Jimena Lorenzo, desde que nació padece una discapacidad física en una de sus extremidades. Su familia nunca dejó que ella se rindiera, siempre la alentaron a seguir adelante y recordarle que ningún obstáculo era imposible de atravesar.

Su pierna no fue impedimento para ir a estudiar, pero durante su época escolar sufrió de bullying constante entre sus compañeros. “En la escuela me decían renca y a veces se burlaban de mí. Esto no me detuvo y logré graduarme”, expresó Jimena.

“Para mis amigos soy el pirata”

Hace tres años, Aroldo Gutiérrez, sufrió un accidente automovilístico, en el cual se lastimó uno de sus ojos al pegar con el vidrio delantero, que le causó la pérdida del órgano. Luego de recuperarse y al regresar al trabajo un grupo de compañeros lo llamaron “chocobanano y pirata”.

“No se siente bien que de cariño te digan estos apodos. Para mí no fue fácil lo que sufrí y todavía no lo es, pero sigo adelante aunque me toque lidiar con este tipo de personas que no piensan en el sufrimiento ajeno. No entiendo cómo creen que estos comentarios puedan divertirlo a uno”, comentó Aroldo.



Foto: Google

Las historias de Alejandro, Jimena y Aroldo no son las únicas que existen. Es muy común que las personas utilicen “sobrenombres” para referirse a otros, sin estar conscientes del daño psicológico que pueden causar. Algunos se justifican que lo dicen de “cariño” y no de burla.

“La persona que pierde por algún motivo un miembro pasa por una serie de fases psicológicas que le permiten afrontar la situación. En algunas personas puede ser en un período corto y en otros más prolongados. Esto dependerá del apoyo que reciban de las personas que se encuentran en su contexto”, dijo la psicóloga Alejandra Montes de Oca.

Este tipo de comportamientos pueden dejar en muchos un vacío que a veces causa una depresión muy fuerte, desesperación y crisis de angustia por no saber cómo enfrentar la situación. “Las personas pueden ayudar, principalmente al empatizar con la persona que está enfrentando una situación similar. Asimismo, ejercer un círculo de confianza y respeto mutuo para que ellos se den cuenta quiénes están a su lado en los momentos más difíciles”, expresó Montes.



Si conoces a alguien con una situación similar, ofrécele tu apoyo y no te burles de su condición.



Fuentes: Mayoclinic, cinfasalud

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