Lo entrenaron para matar a su oponente. Sangró, pasó hambre, sed y cansancio hasta casi morir; pero obtuvo una segunda oportunidad de vida. Conoce la historia de Dracko.
Con un carácter noble y agradecido, no pensarías siquiera que el can participó en peleas callejeras de perros.
Karla Cabrera es una joven, de 25 años. Algunas veces pasaba a altas horas de la noche por un terreno baldío de Almolonga, Quetzaltenango, donde lograba escuchar ladridos fuertes y gritos de hombres, era un camino obligado a cruzarse para llegar a su casa. “Un par de veces vi que los policías llegaban, pero no lo hacían siempre, los tipos se mantenían bolos y armados”, comentó.
El precio por pelea ganada
Por más que quería ayudar, pensar que podían hacerle daño era a lo que más le temía. A sabiendas de ello y arriesgándose a que la vieran, un par de veces se quedó esperando bajo el frío de la noche solo a observar cómo cargaban los cadáveres de los perros a un picop, mientras los dueños fruncían el ceño al entregarle la gran faja de dinero que había ganado su oponente. Karla calcula que por pelea ganada, los dueños lograban juntar hasta Q5 mil.
“Todos los jueves y viernes que pasaba en el terreno, las voces de los corpulentos hombres resonaban por el vecindario. Cada jueves y viernes lograba ver el cadáver de un perro. “Casi siempre eran pitbulls, rara vez lograba encontrar un pastor alemán o un dóberman”, señaló Karla.
“Encontré el cuerpo de un perro bajo el sol”
A la joven también le tocaba laborar los sábados hasta mediodía y cuando regresaba de su turno, vio que el cuerpo de un perro estaba en la esquina del terreno. Se acercó y no supo cómo a los hombres de las peleas se les pudo olvidar ese perro. El can aún respiraba por lo que un veterinario lo llegó a recoger para examinarlo. “Sentí que era mi deber ayudarlo y por eso lo hice”.
El perro tenía varias heridas en la cabeza bastante profundas, estaba deshidratado y con las defensas demasiado bajas. Lo que más impresionó a la joven fue que el comportamiento haya sido tan tranquilo.
Según el veterinario Aníbal Cheté “la preocupación no se debe tanto a la lesión física sino al comportamiento del can”.
El experto asegura que en algunos casos, los perros se vuelven inadaptados porque pasan horas encerrados alimentándoles la ansiedad para que solo salgan con la adrenalina elevada para eliminar a su enemigo. Los perros de pelea tienden a ser impredecibles, por eso la adopción resulta ser un poco peligrosa.
Es importante tener claros estos puntos si se desea adoptar un can que anteriormente participó en estas actividades.
- Se debe liberar el estrés y cambiarle el entorno de una manera amigable.
- Precaución con otros perros, confirmar que no sea agresivo.
- No darles la comida cerca de otro perros o animales.
En la ley de Bienestar Animal, existe una penalidad por organizar peleas de perros que puede ascender desde Q10 mil a Q30 mil, una cantidad bastante elevada.
Karla y su hermana siempre quisieron tener un perro al que le pondría Dracko. Ahora él es un perro feliz, agradecido, que a pesar de tener un pasado triste y duro, su nobleza es inigualable.
