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Llegan solos, en pareja o en grupo para conocer las novedades. Algunos son discretos, antes de entrar ven a todos lados y luego se animan a dar el paso. Otros, en cambio, dejan su vehículo estacionado a cuadras del local para evitar ser juzgados, mientras que la mayoría ya creció sin los tapujos de visitar el rincón donde se esconde el placer.

Allí donde cada pareja o individuo consigue lo que le permite gozar de sus tabúes, donde el púlpito y los deseos colisionan, donde la fantasía alcanza a la realidad. Se vende de todo con un solo objetivo, gozar a plenitud.

“Todavía hay gente que tiene miedo de entrar, pero puede más la curiosidad”.- Josué Flores

Hoy no son las típicas ventas de revistas y videos, que durante la década de los ochenta se encontraban en el sótano de algún edificio o la casa clandestina de un barrio. En la actualidad, las sex shops han pasado de ser estos oscuros tugurios, para convertirse en centros de asesoría para parejas que buscan “avivar el interés”. Incluso, para quienes no quieren pasar a la sala de ventas, un mensaje de WhatsApp les lleva sus productos hasta la puerta de sus autos.

Atrás quedaron los días en que una revista picosa encendía el morbo de los consumidores. O cuando una tanga vistosa era la promesa de una nueva aventura para una pareja en crisis. Hoy, las ventas de sexo han pasado por una transición y se han convertido en auténticos centros de orientación, asegura Josué Flores, dependiente de Adán y Eva.

La tienda, que desde hace más de 25 años ha visto cómo los hábitos sexuales de los capitalinos han cambiado, hoy es un centro de asesoría para quienes buscan explorar sus más oscuros gustos. De ser un centro de venta de condones, revistas, lubricantes y una que otra novedad, hoy se ha convertido en la meca de quienes quieren traspasar los límites y probar cosas diferentes.

Según Flores, su clientela está muy bien definida y son consumidores habituales. Los tres grandes grupos de usuarios de sus servicios son mujeres solas y hombres solos, luego siguen las parejas y el 10 por ciento restante se divide entre gays y lesbianas.

“La verdad es que viene gente de todo tipo, pero la mayoría viene con dudas sobre cosas que ha visto en las redes sociales o la propia televisión y aquí les ayudamos a aclarar sus inquietudes”.- Josué Flores.

El compromiso de la tienda donde trabaja Flores va más allá de asegurar una venta. “Nosotros tratamos de aclarar dudas, advertir sobre los riesgos y presentar los beneficios de determinados productos”. La mayoría llega con una imagen del producto que sacó de la web o de la TV y preguntan si lo tienen en stock.

Luego de averiguar si los clientes tienen claro qué es y para qué sirve, el servicio de la tienda comienza. De tener exactamente el producto que buscan se les vende, de lo contrario se ofrecen opciones similares y en caso extremo se hace un pedido de importación, asegura Flores.

El lipstick que vibra

Dado que la mayoría de clientes de Adán y Eva son parejas que tienen hijos, la discreción es muy importante. “Hay personas que quieren experimentar, pero como son padres y madres de familia deben ser muy discretos con lo que compran”.

Para las mujeres, el primer lugar en ventas lo tienen los vibradores convencionales. “Esos que se introducen en la vagina”, pero su uso conlleva un proceso que debe seguirse cuidadosamente para evitar daños en los usuarios. De acuerdo con Flores se debe comenzar con los más pequeños e ir aumentando el tamaño de forma progresiva. Sobre los vibradores, aclara Flores, los hay de dos tipos: los internos y externos. “La diferencia es dónde se usan”.

“Tenemos unos vibradores externos que parecen lápiz labial y se pueden guardar en cualquier parte y no despiertan las sospechas de nadie”.- Josué Flores

Para los hombres, en cambio, su objetivo principal pareciera ser el sexo seguro y los condones son los reyes de las ventas. Los hay de sabores, colores, texturas y formas que desafían hasta al más conocedor, así es el rey de las ventas para hombres en la tienda de Flores. El condón es seguido por los innovadores potenciadores, que prometen una relación intensa y vigorosa. “La bebida sirve para mejorar el rendimiento y la calidad del acto, es uno de los favoritos entre los hombres y algunas mujeres”. Los retardantes son, en la escala de ventas, junto a los lubricantes los productos más buscados por los clientes, pues “algunos quieren los convencionales por temas de prolongación y otros tratan de combatir la resequedad de sus parejas”. Finalmente, están los anillos vibradores, que han cobrado mucha demanda en años recientes, asegura el dependiente.

15 pulgadas de placer y el S&M

Lo que más vende la tienda son los condones de sabores y juguetes. Pero, hay clientes extremos que piden vibradores o consoladores con tamaños que superan la existencia de la tienda. “Hay clientes que vienen a pedir consoladores de hasta 15 pulgadas, pero esos solo se venden bajo pedido y la responsabilidad del que lo compra”.

Otros en cambio buscan artefactos que solo se pueden traer bajo pedido, ya sea por lo caro de su compra o por la especificidad del individuo. Hay quienes vienen buscando pinzas para pezones, o el clítoris y algunos de estos se traen bajo pedido. Otros quieren kits de látigos, máscaras y esposas, que también se traen.

Para los más avanzados, que ya sobrepasan los anteriores, la tienda puede venderles productos para explorar su sadomasoquismo. Amarre, suspensión y hasta fisting, la imaginación es el límite.

Hoy, que las mujeres son cada día mas dueñas de su sexualidad, que los gays ya no tienen que esconderse, las lesbianas seguirán siendo lesbianas y los curiosos están más dispuestos a explorar las posibilidades que son incontables. En ese rincón de la zona 9, es el lugar que le permite a todos gozar de sus tabúes. 

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