Don Chico y Amarilla, una historia de amor que terminó con una tragedia en la carretera imagen

El hombre y su fiel amiga, la perrita “Amarilla”, eran ejemplo para muchos vecinos de Carretera a El Salvador.

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*Las vecinas prefirieron mantener el anonimato, ya que indican que fue labor de muchos héroes anónimos. Se utilizan nombres ficticios. 

Desde 2018, muchos vecinos de Carretera a El Salvador habían visto a Francisco Chávez, conocido como don Chico y su perra, de nombre Amarilla caminando por la calle.

Una de ellas, Ana, tenía la intención de castrar a Amarilla, nombre que ella le puso cuando tuvo el primer acercamiento con el hombre. Estaba preñada y en pocos meses daría a luz. 

Cuando dos personas comenzaron a publicar en grupos de Facebook sobre el hombre para pedir ayuda, Ana aprovechó para comentar en las publicaciones sobre su intención y se creó un grupo de Whatsapp para este fin.

El 18 de junio, Chávez y su perra se despidieron. Él accedió a entregarla a los vecinos con la promesa de que la devolverían cuando se recuperara del parto.

Esa tarde, la compañera fiel de don Chico se despidió de su dueño sin saber que iba a ser la última vez que se verían. Los perritos nacieron pocas horas después. Los siete están sanos.

La última foto de don Chico y Amarilla

La madrugada del 19 de junio, don Chico fue atropellado en el kilómetro 11.5 de la carretera. De acuerdo al reporte de los Bomberos Municipales murió por politraumatismo.

Por las condiciones del cuerpo, Josvin Borrayo, portavoz del cuerpo de socorro, mencionó a los medios que presumen que fue atropellado por varios vehículos, por lo que había sido desmembrado. 

No fue identificado, lo único que se conoció era que vestía un sudadero verde, camisa negra y pantalón gris. Se trasladó a una morgue del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF), pero hasta la mañana del 19 de junio, continuaba como XX.

Por la descripción de la vestimenta, los usuarios en redes lo identificaron. “Encontraron su bolsa de latas en el asfalto”, comentó un vecino. Sin embargo, no había nada oficial.

Vecinos se unen para ayudar

Nadie se imaginaba que con la tragedia, habría dos grupos de vecinos ayudando a dos causas, pero que al final, eran una misma. Uno se dedicó completamente a rescatar y cuidar a Amarilla, mientras que el segundo se dedicó a tramitar la identificación y funeral de don Chico.

“Todavía paso por ahí y me los imagino donde siempre los encontraba jugando juntos”, comentó Ana. 

Como Chávez no tenía documentos, Ana comenzó a mover cielo y tierra comenzando por contactar a una hermana del fallecido que había escrito en Facebook. 

“Le pedí a una amiga que me ayudara a buscar en el Registro Nacional de las Personas (RENAP) y justo dio con una persona con las mismas características que la hermana del fallecido me dio”, comentó.

Pero era peligroso grabar un acta sin estar 100 por ciento seguros que era don Chico. Así que se movilizaron a la municipalidad del Jocotillo, el lugar de nacimiento para agilizar el proceso. “Le expliqué a la hermana lo que debía hacer y después de uno o dos días, me contó que gracias a unas fotos, habían identificado al hombre”, agregó Ana.

Lograron conseguir la partida de nacimiento, ahora faltaba conseguir dinero para el funeral. El INACIF solicitó que por la condición del cuerpo era necesario colocar dos cajas. Personas de Funerales Fraijanes ofrecieron un precio accesible: Q1,800 por todo el servicio. 

“Me utilizó Dios para poder mover gente. No lo hice solo yo. Fuimos varias amigas y los vecinos de buen corazón. Nos cayeron depósitos de todos lados, teníamos Q3 mil 689 en dos horas”, dijo Ana.

Así, el sábado 21 de junio, don Chico fue velado en el salón de la comunidad Granja Buenos Aires, Colonia La Joya, en el km 22.5 de Carretera a El Salvador. “Reunimos la plata y se le enterró dignamente como se lo merece”, relató otra vecina (Daniela).

Un personaje especial

Chávez caminaba por los distintos sectores de San José Pinula, Fraijanes y Santa Catarina Pinula. Vestía siempre un sombrero y se dedicaba a recolectar latas, las cuales llevaba siempre en un saco al hombro.

Todos sabían quien era porque siempre caminaba acompañado de una perrita: Amarilla. Ambos recorrían las calles para buscar algo de comer. Cuando la perra preñada se cansaba, ambos se sentaban a jugar un rato.

Chávez conoció a Amarilla desde pequeña. Siempre dijo que él lo que deseaba era “ser libre con su perrita, quería estar solo”.

Los transeúntes y vecinos lo describen como un hombre noble y educado, que siempre recibía la ropa, comida y el concentrado que le regalaban. Incluso, muchas personas le ofrecieron ayudarlo para encontrar un hogar para ancianos.

“Le dimos varias opciones: una era un lugar en San Lucas con su perrita y sus cachorros, pero dijo que no. Otra opción era ayudarlo con la veterinaria”, agregó Daniela.

Es por ello, que cada vez que alguien lo veía, lo ayudaba con algo. “Me dijeron que él quedó mal después de la muerte de su madre”, contó.

Don Chico, como se le conocía en el sector, era un hombre de 60 años. Pero eso se supo hasta el día de su muerte. “Nos contaron que no se preocupaban por él, se salía siempre de su casa”, indicó una de las vecinas que rescató a Amarilla.

El reflejo de las enfermedades mentales

Aunque nunca se confirmó, se decía que don Chico padecía algún trastorno mental, ya que luego de esta muerte, se escapaba de su casa y prefería dormir en su cueva, en el km. 11.5, donde murió a la orilla de la carretera.

“Deduzco que los indigentes sufren trastornos mentales. Si la familia es de escasos recursos no tiene para sus medicinas. Si uno quiere mantener estable a una persona con esquizofrenia o algún trastorno mental es mucho dinero, más de Q2 mil al mes. Entonces, no podemos culparlos, es muy difícil la situación. Él era muy bueno, pero necesitaba ayuda para su salud mental. Es un tema muy complicado que muchos no comprenden”, comentó Daniela, quien también es psicóloga.

La Organización Mundial de la Salud estima que 300 millones de personas en el mundo padecen de depresión, 21 millones esquizofrenia y otras psicosis, 60 millones sufren trastorno afectivo bipolar y 47.5 millones demencia.

En Guatemala, las afecciones mentales más comunes son la depresión y ansiedad. En 2017, el Ministerio de Salud informó que no se daba abasto para cubrir trastornos mentales.

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En ese año, se reportaron 108 psiquiatras activos en todo el país. El 30 por ciento de estos profesionales es mayor a 50 años, por lo que muchos ya no atienden pacientes.

Los centros especializados se ubican en la ciudad y siete departamentos más. El Hospital Federico Mora tampoco está en condiciones adecuadas para atender la demanda. Diversos reportajes de los medios de comunicación nacionales e internacionales han evidenciado la decadencia que se vive dentro del lugar.

El presupuesto asignado a este hospital en 2016 fue de Q53 millones para medicamento y atención permanente de aproximadamente 200 pacientes diarios en consulta externa y casi 350 internados. 

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Otros como Chávez, aunque sufren alguna enfermedad mental, no lo ven como algo negativo y se niegan a recibir atención médica por cuestiones personales o la falta de recursos. 

Un ejemplo para los vecinos

En grupos de Facebook, los vecinos lamentaron mucho la tragedia. Incluso, dedicaron homenajes con su fotografía. 

Daniela estuvo en el grupo que ese día se movilizó para encargarse de Amarilla y cuidar de sus bebés. Incluso, llevaron a la perrita al funeral para despedirse de su dueño y fiel amigo. Con el dinero sobrante compraron productos en el supermercado para la familia y piensan colocar una cruz en el lugar donde Chávez falleció.

Después de castrarla, será entregada en adopción para que encuentre un nuevo hogar. Lo mismo sucederá con los perritos, dos de los cuales ya están reservados. 

La tragedia sirvió para unir a muchos guatemaltecos de buen corazón, demostrando caridad y amor por el prójimo, así como por los animales. Haciendo honor al espíritu alegre y de servicio del protagonista, los vecinos dijeron: misión cumplida. “Él merecía una cristiana sepultura y así lo hicimos”, comentaron.

Para muchos, don Chico fue un ejemplo de la felicidad que trae la amistad y el amor profundo por una mascota. También, le reconocen su trabajo honesto y la sonrisa a pesar de sus dificultades. Su recuerdo vivirá para siempre en los corazones de quienes lo conocieron y ayudaron, incluso después de la vida.

Si quieres apoyar para el cuidado de Amarilla, comunícate con Relato para más información.

Fotos: Facebook, cortesía Ana y Daniela.

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