Cuatro años de estudio reflejados en 33 países imagen

Camila Robles es una joven guatemalteca, que con su cámara fotográfica retrata la vida de una manera más humana.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Camila Sáenz, de 23 años, viaja alrededor del mundo para retratar la humanidad; junto a su cámara y las ganas de tomar una buena fotografía, la motiva a seguir aprendiendo para expresar su arte. 

Todo inició en Taiwán, donde Camila llegó para emprender su sueño y escribir su historia. Estudié Ciencias de la Comunicación y como proyecto final decidí hacer para mi tesis un libro de fotografías. Tenía la opción de escoger entre revista, video o fotografía. Ya que me gustan las fotos, me incliné por ello”, cuenta Camila.

 




No es la primera vez que Camila toma una cámara para expresar sus sentimientos. “Mi mundo en la fotografía empezó a los 14 años. Comenzó como un hobby para hacer realidad mi sueño”, comenta Sáenz. 


Taiwán y muchas experiencias 

“Mi libro trata de proyectar las diferencias que existen en la tierra”, “plasmar mis cuatro años de estudio en 33 países fue algo único, como ser humano y profesional”. 

“Al final todos somos humanos”. Camila Sáenz




Cada año, en sus vacaciones, Camila viajaba y ganaba la experiencia para la vida; ya que según ella “viajar es vivir”. “He aprendido que existen maneras de ser feliz y cada una de ellas significa algo importante para la persona”. “En mis travesías interactué con varias personas y observé que la felicidad de ellos es distinta a la mía y tuya, pero al final todos somos humanos”. 

“Somos tan diferentes al final del día”. 

Una foto marca una experiencia, un recuerdo. Para Camila, cada viaje significó mucho e incluso le dejó lecciones de vidas. “Me recuerdo que mi primer proyecto fue una pasantía en Nepal, un fotógrafo me llevó a fotografiar a una fábrica de ladrillos, donde trabajan niños. Con cada venta de una foto, la ONU dona cierta cantidad de dinero, esto para concientizar y a la misma vez sacar a los niños de allí. No quería tomar esa foto, lloré y a la misma vez cuestioné ¿por qué los niños pasan por eso? Al final del día hice la foto y fue mi portada de mi trabajo y me enseñó a aprovechar las oportunidades”, dice Camila. 




“La fotografía puede ser un mensaje y ayudar a otra gente”.

“El libro tiene una foto de Guatemala, un paisaje en Cobán, sin embargo, por cuestiones de tiempo no pude hacer más”. Camila no se detiene, ya que planea regresar a Guatemala y compartir su experiencia. “Me queda un año para terminar la maestría en administración de empresas, pero espero seguir viajando, tomar fotos y regresar a Guatemala a compartir mis conocimientos”. 

El miedo es algo que nos impide alcanzar nuestras metas. Camila fracasó antes, pero nada impidió que dejara de soñar en grande. “Les digo a los jóvenes que no teman, ya que nos impide hacer muchas cosas. Sueñen en grande, realicen las cosas que les gusta y apasione, pero nunca dejen que alguien les diga que no pueden”. 

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