Cuando la perfección se convierte en maquillaje imagen

Ella utiliza 14 productos diarios de belleza, sus gastos mensuales en cosméticos aumentan al igual que su adicción.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

“No me mires, no me mires déjalo ya, que hoy no me he puesto maquillaje, y mi aspecto externo es demasiado vulgar para que te pueda gustar. No me mires, no me mires déjalo ya que hoy no me he peinado y tengo una imagen demasiado normal para que te pueda gustar”. Mecano, maquillaje.

Enfrentarse al espejo todas las mañanas al salir de la ducha y darse cuenta que “no era lo que en realidad quería ser”, los tutoriales que veía en YouTube no ayudaban demasiado y sus estados de cuenta iban, casi en su totalidad, justificados con excesivos gastos de maquillaje.

Diana Reyes es publicista, su vida transcurre entre reuniones y programas de diseño. Para ella, “la perfección es un requisito indispensable” y eso aplica a su vida, no toma fuma, ni es adicta a los chocolates, pero lo único que llena su sed de consumo es una sola cosa: maquillaje.




Los sociólogos dicen que preferimos experimentar a poseer, ahí está la razón por la cual invertimos más en café, ropa y zapatos que en nuestro futuro. Un estudio reciente de la empresa NPD reveló que “los adictos al selfie se están volviendo adeptos al maquillaje. La venta del mismo ha crecido en un 25 por ciento en Estados Unidos”.

El psicólogo Edgar Granados dice que cuando se habla de adicciones, es un consumo periódico de una sustancia que se caracteriza por:

  • Un deseo dominante para continuar realizando la acción y obtener el objeto por cualquier medio.
  • Tendencia a aumentar la dosis, en este caso si compra un producto a la siguiente visita querrá llevar tres.
  • Se produce una dependencia física y psíquica.
  • Cuando se retira el consumo sufre de cierta ansiedad.
  • Tiene efectos negativos para la persona.

“Como toda adicción, es difícil de tratar, ya que se requiere primero: que el paciente reconozca su adicción y que, en este caso, se aleje poco a poco de ver videos o revistas que le provoquen ganas de comprar. Un proceso de rehabilitación puede llevar varios años de terapias y trabajo psicológico”, expresa el especialista.

¿Por qué? Entender la razón por la cual Diana pasa horas frente al espejo o porque cada vez que sale es un gasto en cosméticos o prefiera una buena base a un almuerzo, es difícil de comprender. Tal vez sea la necesidad de estar preparada para una foto en cualquier momento, o por la popularidad de personajes como Kylie Jenner, que lanzan sus productos exitosos o ¿es una ayuda para la autoestima?

¿Acaso es que no se ama tal cual es? O ¿su ego es tan grande? Según este mismo estudio que recoge The New York Times, “las jóvenes que se definen entusiastas del maquillaje usan unos 6 productos al día”, y nadie niega que el maquillarse esté mal, al contrario es una terapia y forma de incrementar la autoestima. Pero, dedicar 3 horas semanales a ver tutoriales, 30 minutos diarios a maquillarse o usar 15 productos todos los días y gastar cantidades desmesuradas en cosméticos ¿es normal?




Lucir perfecta cada minuto es algo que Diana sabe hacer, ella nunca se verá mal en las fotos. Un día de estos nos propusimos combatir algo que no podíamos dejar, ella me retó a dejar los chocolates por dos semanas (sabe que los amo) y yo a ir por una crepa sin que ella llevara maquillaje.

¿El resultado? Fue un gran esfuerzo, pero cumplí el reto, referente a ella, fue como un choque de frente con otra Diana: natural, sin maquillaje y máscaras. Me sorprendió ver que incluso su forma de vestir cambiara, su rostro parecía otro y casi todo el tiempo llevó la capucha puesta, caminaba con la cabeza hacia abajo.




La 6a. avenida parecía interminable para ella, cuando llegamos me llevó al baño y se quitó la capucha, para mi sorpresa se puso a llorar, como un niño pidiendo un dulce. “No me gusta verme así”, me dijo, “necesito aunque sea polvos porque de verdad me miro horrorosa”, no pude evitar sentirme mal y la consolé.

Apenas logró pasar un día sin maquillaje, cuando muchas nos limitamos a una base, unos polvos y un buen pintalabios. En cambio, ella usa en total 14 productos diarios, por lo cual luce perfecta y lista para una foto.

Ella reconoce que tiene un problema, su miedo es enfrentarse a la Diana al natural porque piensa que “no la van a querer o aceptar”, y mientras la industria cosmetológica se hace rica gracias a personas como ella, quien se sumerge cada vez más en su vicio, su delirio. 

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