A un costado del Parque Central de Antigua Guatemala, Sacatepéquez, se encuentra una carreta que de seguro, todos han visto cuando visitan la ciudad colonial. Mangos, naranjas, jocotes, papaya, piña y rábanos decoran la estructura de madera que, desde 1976, deleita con su frescura.
Héctor Hernández tenía nueve años cuando recorría la Antigua junto a su padre trabajando. “Ya andaba detrás de mi papá cuando sucedió el terremoto”. Originarios de San Antonio Aguascalientes, los Hernández fueron los pioneros de la venta de fruta y verdura fresca en bolsitas en el lugar. Siempre trabajaron en La Antigua.
“Me quedé fijo con el negocio cuando mi padre murió hace nueve años”, comentó el emprendedor. Ahora, su hijo también coloca su carreta en la esquina opuesta a Hernández, quien todos los días se levanta a las cinco de la mañana para colocarse en la esquina que ya todos conocen.
Cuando era pequeño, las naranjas con pepita costaban 5 o 6 centavos, la ciudad ha cambiado mucho. Héctor Hernández, vendedor de fruta.
Su hermana maneja el puesto cuando él debe viajar a la ciudad o hacer algún trámite. La fruta que se puede disfrutar en el puesto es traída de diferentes lugares, pero la mayoría es de la capital. “Tenemos una finca que nos surte de naranjas también”, mencionó Hernández.
El puesto ya es reconocido por los antigüeños, así como los turistas nacionales y extranjeros para comprar un snack saludable mientras caminan. No hay día en el cual Hernández no trabaje, excepto durante dos semanas. “Fueron 15 días los que dejamos de trabajar y no pusimos el puesto, pero luego, aquí seguimos”, agregó Hernández. Esto sucedió luego que el antiguo alcalde de la ciudad, Adolfo Vivar, intentara quitarlos de su lugar.
En la carreta se puede encontrar gran variedad de frutas y verduras frescas del día. Hernández cuenta que no hay una fruta que se venda más. “Todo se vende, gracias a Dios”, agregó. Además, maneja medidas de higiene y frescura que aprende en capacitaciones en el centro de salud cada cierto tiempo.
Un cliente menciona que don Héctor “ha visto pasar la historia por las calles de la Antigua”. Se sabe todas las historias, leyendas y rumores de la ciudad, así como las direcciones. “Es mejor que una oficina de turismo”, comentó un cliente, mientras lo abraza y le compra un vaso de jugo de naranja recién exprimido.
¿Lo conoces? ¡Seguro que sí!
Fotos: Elena Gaytán