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Era un día gris, lluvioso y por las ventanas de la casa de Lorena caían las gotas de agua, su madre Beatriz estaba enferma, tenía meses de estar postrada en una cama, su edad avanzada y la enfermedad de los riñones le habían consumido parte de la vida. Sabía que le quedaba poco tiempo a la mujer que la vio nacer, porque cada vez empeoraba.

Lorena había vivido sola con su madre toda la vida, era hija única y ambas se acompañaban de una perrita de nombre Mechitas.

Debido a que Lorena salía todo el día a trabajar, la canina pasaba mucho tiempo con Beatriz. Cuando ella se quejaba, Mechitas le ladraba a la cuidadora, para que la atendiera.

La perrita siempre fue saludable, pocas veces se enfermó y cuando sucedió se debió a que había comido algo que estaba descompuesto.

Beatriz y sus riñones

Beatriz tenía 78 años, cuando le detectaron un problema en los riñones y pasó un proceso doloroso de hemodiálisis. Iba tres veces por semana a su procedimiento y cuando salía de su casa, la perrita no paraba de llorar. Al regresar, su amiga canina saltaba, lloraba y hasta orinaba de la emoción.

Beatriz pasó tres años en ese proceso, luchaba para que su cuerpo reaccionara y pudiera continuar con su vida, pero el fin había llegado. 

El 19 de agosto de 2018, un día lluvioso, después de 3 años que Beatriz luchó por su vida, murió en su cama, mientras la cuidaba su enfermera, junto a su fiel compañera Mechitas.

Llamaron a Lorena para informarle que su madre había fallecido. Inició los preparativos para el funeral, pero no se percató que Mechitas, no la salió a recibir, pensó que estaba comiendo o jugando.

Lorena se fue a la funeraria, pero regresó a su casa horas después, porque había olvidado unos documentos, al entrar buscó a Mechitas, pero no salió.

La buscó por toda la casa y la encontró debajo de las gradas como si durmiera, sin embargo, la perrita estaba muerta.

La única razón que Lorena supuso es que su perrita estaba tan apegada con su madre que el dolor de no verla le causó la muerte a ella también.

Lorena sufrió un doble dolor, ya que su madre y la perrita murieron el mismo día.

No podrá olvidar ese 19 de agosto, un día lluvioso, frío, triste, el día que se quedó sin toda la familia que tenía.

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