El hombre que, quizás, un día podría diseccionar tu cuerpo imagen

“En nuestra cultura a la gente no le interesa la justicia del muerto. Buscan cumplir con el compromiso social de “cafetearlo”.

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Cuando en 1912 Gottfried Benn publicó su obra “Morgue y otros poemas”, Alemania entera se conmocionó por la sordidez con la que se abordaba la muerte. Para muestra un extracto:

“La boca de una niña que había estado mucho tiempo entre los juncos/ parecía tan carcomida./ Cuando le quebraron el pecho, el esófago estaba tan agujereado./ Por fin, en una pérgola bajo el diafragma/ hallaron un nido de pequeñas ratas./ Una hermanita yacía muerta./ Las otras se alimentaban del hígado y del riñón,/ bebían la sangre fría y pasaron aquí/ una hermosa juventud./ Y hermosa y rápida las sorprendió la muerte:/ a todas las lanzaron al agua./ ¡Ay, cómo chillaban los pequeños hocicos!

Un poema frío, pero al mismo tiempo cautivador pues la muerte nos alcanzará a todos. El día que eso te suceda, podría ser el doctor Jorge Destarac, coordinador de Medicina Forense Regional del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), quien trace sobre tu pecho una línea con su filoso bisturí y elabore un informe de tu muerte, como hizo Gottfried Benn con la niña

Destarac, claro está, no es tan tétrico como el poeta. Con su relato, el médico habla cómo es vivir con la muerte.



Al INACIF llegan los cadáveres de personas muertas de forma violenta.  Fotografía: INACIF


-¿Uno se acostumbra a trabajar con cadáveres?

– … mmm sí (…) sí se logra. Algunos médicos ya traen la vocación, otros logran trabajar con personas muertas.

-¿Esa adaptación se vuelve habitual? ¿La comparación no se si sea justa, pero es como el trabajo de un carnicero?

-No, no, no, es muy diferente porque el carnicero se dedica a hacer cortes de piezas de carne para la venta… no… mientras que el médico forense hace procesos de disección en busca de las causas que originaron la muerte de la persona. Es un trabajo muy diferente, aunque sí implica uso de herramientas cortantes, pero el objetivo es muy diferente”.

-¿Recuerda la primera autopsia que realizó?

-Muy lejanamente, hace mucho ya . Hace más de 20 años que empecé con esto en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social. Trabajaba ahí como médico forense, recuerdo que fue un caso de heridas de proyectil de arma de fuego, los que condujeron a la muerte de la persona. En nuestra cultura, a la gente no le interesa la justicia del muerto en ese momento.

-La referencias siempre son del cine, uno sabe que es exagerado pero ¿Qué tan cierto es eso que se puede comer, incluso mientras se realiza la autopsia?-
Mmm… mirá… hay de todo. Recuerdo que uno de nuestros maestros, antiguamente, él incluso trabajaba los cadáveres de casos clínicos (que no eran de aspectos judiciales) sin guantes, se echaba su cigarrito, lo dejaba sobre la loza, trabajaba y seguía fumando.

…. De todo se da. Sin embargo ahora, en el instituto se aplica reglas de bioseguridad. No es permitido consumir alimentos en el proceso de necropsia, se les dan los insumos a las personas para que cumplan las medidas de seguridad”.

-En Relato somos colaboradores regidos por la ciencia. No creemos en cosas más allá de esta realidad, entonces, nuestra duda es ¿qué sucede cuando un cadáver hace sonidos, cuál es el proceso… de una u otra forma se asustan o no?

-Si claro. Es muy probable que se sorprenda, sobre todo al comienzo, cuando uno no sabe que eso puede pasar. Incluso con los años, eventualmente sucede que se le sale un gas al cadáver cuando entrar a la fase de descomposición cadavérica, cuando se va llenando de gases y se le sale uno, incluso cuando eructan… esas cosas pasan. Llama un poco la atención, pero como se sabe que eso sucede, de que lo shoquee a uno realmente no.

Hay algo peor que eso, y me gustaría mencionar que, desgraciadamente, en nuestra cultura a la gente no le interesa la justicia del muerto en ese momento. Buscan cumplir con el compromiso social de ‘cafetearlo’ y claro, después se quejan de que no hay justicia y todo, pero en ese momento quieren tener su cadáver para velarlo, echarse los tragos, contar chistes y todo lo que pasa en un funeral.
Desde el principio me di cuenta que una persona que está muerta, agarra un olor, que no puedo decir a qué huele, no puedo compararlo.

-¿Quiere decir que la gente se opone a realizar el proceso, en el caso de las necropsias judiciales?

-Muchas veces sí. Hemos tenido el caso de se llevan los cadáveres. Para que se realice una necropsia debe haber una solicitud de un juez y del Ministerio Público, los casos en los que corresponde hacerse es en muertes violentas, hechos de tránsito, no digo accidentes, porque no sabemos si de verdad fue accidente.

…Lo que más sucede en Guatemala por morir baleados, que yo le llamo,Intoxicación aguda de plomo…


…le sigue las muertes por heridas de arma blanca. (…) también se da el caso, que se ha vuelto muy común en Guatemala, que culpan al médico del deceso, pero no se dan cuenta que el paciente ya iba boquiado” -¿Es decir?- “cuando estás en los últimos estertores de vida, como los pecesitos al salir del agua, así llega la gente al hospital, en las últimas, y los familiares piensan que se va componer. Se va morir porque lo llevaron tarde, y la necropcia se realiza cuando no se tienen suficientes elementos para certificar la defunción y que son tres: establecer la causa de muerte, identificar a la persona y establecer el tiempo que lleva muerto”.

-¿A qué huele la muerte?

-Pues es que no huele, pero ya sé por dónde va tu pregunta, soy cirujano traumatólogo ortopedista, desde el principio me di cuenta que una persona que está muerta, empieza y agarra un olor, que no puedo decir a qué huele, no puedo compararlo… pero cuando uno muere, empieza el proceso de descomposición cadavérica, (…) y se siente un olor que es diferente y muy evidente con respecto a la cavidad abdominal de una persona que está viva”.

-Que no es lo mismo que un animal muerto

-Esos son procesos avanzados de descomposición y efectivamente el cadáver de una persona, a mi modo de verlo, hiede más que un perro. Hay un montón de gases metidos en esto, el más fuerte es el ácido sulfhídrico, el metano, gases que se producen por los microbios que están dentro de la persona, el colon sobre todo, y ahí empieza parte del proceso de la putrefacción del cadáver, por la cantidad tan grande de bacterias en el intestino grueso.




-Las bromas en la operaciones son comunes ¿Sucede lo mismo en las necropsias? ¿La cotidianidad llega y terminan hablando de fútbol?

-Sí, efectivamente pasa, parte de estas pláticas son para alivianar el estrés, distraer la mente tanto en una operación, como en una necropsia, además estas familiarizados con el técnico con el que trabajás. Claro, sin descuidar tu trabajo.

-¿Tiene idea de cuántas necropsias ha realizado?

– No las he contado, sería difícil. He estado en varias sedes del interior, en una de las sedes estuve un año y medio, y eran 30 mensuales… fácilmente hice unas 200 en esa época… y tengo 20 años de estar en esto.

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