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Llegada la segunda vuelta electoral, los dos candidatos han apostado por el endoso de votos de otras agrupaciones políticas. Fotografías con alcaldes electos, diputados o cualquiera que pueda sumarles una ventaja este domingo. Pero, lo cierto es que los votos son como dice el viejo refrán: “Ni se presta ni se endosan”.

A lo largo de la historia democrática de Guatemala, esta premisa se ha comprobado una y otra vez. Según el analista Edgar Gutiérrez, en nuestro país no hay una cultura partidista y menos una que sea capaz de dirigir al votante.

“Endosar el voto, no permea a las bases de un partido, pues cada votante tiene sus simpatías y no responde a directrices de líderes políticos”. Edgar Gutiérrez

David Martínez, también analista político, asegura que este proceso de endosar el voto es un tema complicado. Esto en esencia se debe a que la estructura partidista no es disciplinada y resulta poco creíble que un voto pueda endosarse fácilmente, lo más que se puede lograr son apoyos parlamentarios, pero el voto no es tan cierto.

“El elector que simpatiza con el partido, no está obligado a otorgar, religiosamente su voto a un candidato similar. Solo el voto acarreado y duro puede ser canalizado y movido a esta situación”. David Martínez.

Endoso fallido

Uno de estos intentos por apuntalar a una figura política se dio en las elecciones de 2011. Cuando el entonces alcalde capitalino, Álvaro Arzú, ungió públicamente a su esposa Patricia de Arzú como candidata a la presidencia.

Para entonces, Arzú se encontraba en la cúspide de su simpatía, particularmente en la capital, bastión del partido Unionista. El Canchito no precisaba de hacer campaña política, ni colocar afiches o grandes pancartas para convencer a los capitalinos que era la mejor opción para dirigir la alcaldía metropolitana. Arzú obtuvo 180 mil 198 votos y así logró un tercer período consecutivo.

Pero, en la carrera por la presidencia el resultado fue otro, uno que dejó claro que la simpatía de los votantes era por la figura de Álvaro Arzú, no por su recomendación. Patricia de Arzú, la ungida del alcalde, quedó en octavo lugar y logró tan solo el 2.8 por ciento de los votos, prueba de que el endoso de votos no funciona.

Por ello, si alguno de los contrincantes, en esta segunda vuelta, cree que: tomarse una foto, subir a la tarima o grabar mensajes donde Neto Bran o cualquier otra figura electa le profese su apoyo, recibirá a sus votantes, podría estar equivocado. Pero, será hasta que el TSE, si le creemos, cuando entregue los resultados de la segunda vuelta que sepamos cómo funcionó esta vez el endoso de votos. 

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