¿Violencia obstétrica? Esto es lo que sucede adentro imagen

Tres testimonios de madres que cuentan cómo fueron sus partos en hospitales públicos.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Estos son tres testimonios reales de maltrato durante el trabajo de parto de mujeres que han asistido al sistema de salud pública. 

A continuación, narrado en primera persona.

“Todo el mundo le grita a uno”

Mi parto no fue bonito. Yo tuve a mi bebé días antes de finalizar el 2018.

Yo no soy tan llorona, pero vi a niñas de 16 años que gritaban el nombre de su mamá, desesperadas por el dolor. Durante su llanto, habían algunas personas que les decían: “Cuando estabas en la cama con el chico…”.

Cuando llegué de emergencia me hicieron un tacto muy doloroso, solo me metieron los dedos y sin explicarme nada más.

Para mi mala suerte, mi bebé se defecó adentro y me dijeron que era mi culpa. Con esa carga emocional continué mi trabajo de parto, después de que me inyectaran algo para que los dolores fueran más fuertes.

Aguanté hasta que pude para que no me trataran mal. Llegó el dolor y luego mi bebé en mis brazos. En ese instante todo se olvida, pero te vuelves a recordar dónde estás cuando empiezan a limpiarte mientras se mueve la camilla porque la enfermera está de mal humor, en ese lugar no te preguntan nada, más bien te hacen sentir culpable si hay alguna complicación o si al momento de pujar no lo estás haciendo bien.

Hace cinco años nació mi primer hijo, pero la experiencia no fue tan mala como esta. No sé qué pasa ahora, todo mundo le grita a uno.

El audio de la historia de una mamá que tuvo a su bebé la última semana del año 2018 en el Hospital Roosevelt. 


Hace siete años, una historia similar 

Hace siete años tuve a mi primer hijo en el Hospital Roosevelt. Era madre primeriza y mientras avanzaba mi trabajo de parto los dolores eran cada vez más fuertes fuertes .

Mientras me encaminaba hacia la sala y los dolores eran más fuertes, en una contracción pensé que me podía sostener de una baranda, pero me equivoqué y tomé el brazo de una enfermera. Ella me gritó con todas sus fuerzas: “Estúpida, me lastimaste, te voy a demandar”.

Posiblemente las cosas no han cambiado, cuando vi el video de la madre en medio de una fiesta y los comentarios de las personas a favor de lo que pasó no lo podía creer. Nadie que haya sentido el dolor y la  desesperación de tener un parto natural sin anestesia puede decir que los regalos compensan de alguna manera lo que le hicieron a esa señora. 

Estoy embarazada nuevamente y mi primera y única opción es ese hospital. Yo me pregunto: ¿Habrá cambiado?.

Me defequé durante el parto 

Por emergencia paré en el Seguro Social para que atendieran mi parto. Mientras estaba en labor me gritaban que pujara; estaban como cinco personas en la sala, presionándome, y yo no sabía cómo hacerlo. Una de las veces que pujé, me defequé por la fuerza. 

Escuché a alguien decir de manera despectiva: “Se surró”, mientras todos hacían cara de asco. Me dejaron así por un buen rato, hasta que una enfermera, visiblemente enojada, me limpió.

En ese lugar es súper raro encontrar a alguien amable. Me pareció extraño que me preguntaran mi grado académico, pues me dio la impresión de que las que tienen más estudios les dan un trato diferente. 

A nosotras no nos toca más que asumir que esto es normal y como no podemos pagar otra atención nos tenemos que conformar. 

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