Viaje a Washington en tiempos de Trump imagen

Mi primer viaje hacia #EEUU, luego de las medidas migratorias de Donald #Trump rompió con las ideas preconcebidas que llevaba. ¿Quieres conocer la historia?

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

 “Llevá a la mano la clave de tus redes sociales, porque a la hija de la hermana de la tía de un mi vecino se la pidieron”, “no digás que sos periodista”, “no hablés y menos en español”, “no te movás”, “no respirés”… blah, blah, blah. Fueron todas las advertencias que me hicieron antes de abordar el avión rumbo a la capital estadounidense. Era mi primer viaje a ese país del Norte, luego de las nuevas medidas migratorias dadas a conocer hace unos meses.

Confieso, que un par de veces estuve tentada a cancelar el viaje, a causa de todos los comentarios que recibía más el bombardeo mediático que prácticamente me hacían creer que a donde iba era al programa Colony. Para colmo, la línea aérea me cambió dos veces mi vuelo, parecía que todo estaba en contra. Sin embargo, tenía un compromiso que debía cumplir y no podía faltar. Así que como decimos en buen chapín, me armé de valor y me subí al avión.

¿Si iba nerviosa? ¡Vaya si no!, si todavía el día antes algunos amigos me siguieron dando consejos de qué decir, qué no decir, y recordarme: “Llevá tus claves de redes sociales a la mano”. Incluso, la noche anterior me desvelé imprimiendo la reservación del hotel, los motivos de mi viaje … hasta los mapas de cómo llegar al hotel y toda aquella papelería que “según yo” me pudiera servir para demostrar que sí debía regresar a #Guate.

Mi escala fue en el aeropuerto de Houston. La cola de los visitantes era grande. La gente estaba nerviosa, se sentía en el ambiente. Yo en mi mente ensayando lo que tenía que decir. Repetía mi letanía, rogando no se me fuera a olvidar. Después de tres cambios de fila porque cual supermercado había colas que avanzaban y otras no, de escuchar como cien veces la pregunta ¿trae comida?, me tocó mi turno.

“¿A qué viene?” ¡Qué! ¿Tanto practicar y me pregunta en español. No que ya no querían hablarlo? No lo podía creer, pero pensé “ahora sí me llevó Judas porque este me va a preguntar hasta lo que comí ayer”. Sin embargo, cuál sería mi sorpresa que solo me preguntó ¿a dónde va?, ¿por cuánto tiempo?, ¿cuánto dinero trae? Y ¿profesión en Guatemala? Al responderle, seguramente a su satisfacción y notar que no era peligrosa para su seguridad nacional, el oficial de migración solo me miró y selló el pasaporte. ¿Y la clave de mis redes sociales, el interrogatorio exhaustivo? ¿Dónde quedó todo eso? No sé, ni me interesó inquirirle. Solo me apresuré a recoger mi maleta y correr para alcanzar mi conexión.



La infaltable vista del Capitolio. Foto: Silvia Lanuza

Al subir al segundo avión pensé, “se viene la prueba más dura”: llegar a Washington DC en un momento crucial para ese país. Llevaba muchas ideas preconcebidas, recordaba vagamente la ciudad y esperaba encontrar agentes de inmigración por todos lados. Sin embargo, desde el momento en que el avión aterrizó en el aeropuerto de Dulles me di cuenta que estaba equivocada.

Ya en la ciudad, pude percibir un aura afable. De por sí, es una ciudad turística. Sin embargo, los habitantes te muestran una amabilidad y deseos de ayudar, ¡claro, hay sus excepciones! La seguridad extrema en lugares públicos sí es visible, pero lo ha sido desde el 11S. Las iglesias, restaurantes, bares y otras oficinas pregonan “Todos son bienvenidos”. La gente habla sus distintos idiomas de origen en la calle y nadie se escandaliza o hace algo para ofenderlos.



Newseum. Foto: Silvia Lanuza

¿Y Trump? ¿Y sus medidas migratorias? ¿Y todos esos artículos y noticias hablando sobre el maltrato a los latinos que tanto difunden los medios? No te sé decir. Lo cierto es que no vi algo similar. Mas bien, la Us Travel Association está promoviendo la campaña One big welcome en la cual varias ciudades se hacen eco de la bienvenida a los visitantes, para contrarrestar las disposiciones del gobierno central. La industria turística en Estados Unidos es muy importante para su economía porque genera más de 15 millones de empleos e ingresos de más de US$2 trillones.

¿Qué yo solo iba de visita? ¿Qué no me quedé el tiempo suficiente para ver la realidad? Es posible, pero lo que te puedo decir, es que en esta ciudad no se siente miedo, la gente anda libremente en la calle, de Trump ni se oye ni se habla nada. Además, yo te cuento cómo me fue en la feria y, en esta, me fue súper bien.  



Lincoln Memorial. Foto: Silvia Lanuza

Todas las noticias, directamente a tu correo

Recibe todas las noticias destacadas de Relato.gt, una vez por semana, 0 spam.

¿Tienes un Relato por contar y quieres que nosotros lo hagamos por tí?

Haz click aquí
Comparte
Comparte