Una juventud ProVida es posible y necesaria en Guatemala imagen

El 8 de agosto, Guatemala celebró el Día Internacional de Acción por las 2 Vidas con una Caravana de autos, en la que la participación de la juventud fue clave y lo es para dar solución a los principales problemas de nuestra sociedad.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

El pasado 8 de agosto, los guatemaltecos se unieron a la celebración mundial del Día Internacional de Acción por las 2 Vidas participando en la Caravana por la Vida. Este evento, se caracterizó por el estricto cumplimiento de las medidas de bioseguridad y por el entusiasmo y alegría que las familias chapinas expresaron desde sus autos con mensajes, carteles y decoraciones. Celebraron dos cosas que para el guatemalteco son de vital importancia: la vida y la familia.

Desde el primer auto que llegó a la Plaza de la Constitución, hasta el último, pasaron 2 horas y 30 minutos. Casi 1,000 autos y motos participaron en el evento. A través de las mascarillas y los vidrios, hubo un factor que fue determinante para el éxito de esta movilización ciudadana: la juventud. Mientras unos jóvenes participaron en la organización de la Caravana, otros se encargaron de llenar las redes sociales de mensajes a favor de la vida y la familia. Otros jóvenes viajaron desde temprano desde otros departamentos para participar y otros, transmitieron a sus familiares su deseo de participar y lo hicieron realidad.

Aunque las críticas y ataques no se hicieron esperar, los jóvenes ProVida y ProFamilia de Guatemala tienen una cosa muy clara: proteger y defender la vida y la familia no es excluyente en cuanto a tiempo, situaciones o retos. Ser ProVida es defender y proteger la vida humana desde el primer instante (desde la concepción), durante todo su desarrollo (en la niñez, adolescencia, adultez y vejez) y en cualquier circunstancia (siendo la persona hombre o mujer, de cualquier realidad socioeconómica, lugar y situación de vida). Y esto lo vocalizan y transforman en acciones que ayuden a solucionar los conflictos principales de nuestro país porque reconocen que toda vida humana es valiosa y que cada uno posee una dignidad humana que debe ser respetada, sin discriminación. Esto es algo que los detractores de esta causa no entienden ni conocen.

Datos de la Asociación Familia, Desarrollo y Población (FADEP) y el Consejo Nacional de la Juventud, el 35.6% de la población guatemalteca tiene entre 13 y 30 años. Es una cifra alentadora, si se compara con otros países en los que el invierno demográfico amenaza con destruirlos. Pero es importante cuidarla. Las mismas organizaciones reportan que 3 de cada 10 jóvenes guatemaltecos no estudian ni trabajan. A eso, sumemos que, en todo el país, son miles las familias que viven en condiciones de vulnerabilidad y precariedad, sobre todo en temas de trabajo, educación, acceso a servicios de salud, alimentación y demás que no permiten que la estructura familia brinde un soporte adecuado para los niños y futuros adolescentes en todo sentido.

Esos son los temas por los que otros jóvenes deben alzar la voz y todo comienza desde el respeto al primordial y fundamental derecho a la vida. Pero ¿qué pasa después? Ahí también debe involucrarse la juventud celeste, no solo participando en acciones y organizaciones que trabajen por una vida digna para todos, sino que, denunciando la corrupción y violación a la dignidad humana, alzando la voz por quienes no pueden hacerlo, fiscalizando a los funcionarios públicos, cumpliendo con su primer deber como hijos y adolescentes, aprovechando cada oportunidad que tengan para su educación. No todos las tienen.

Cuatro días después de esa Caravana histórica, el 12 de agosto, el mundo celebró el Día Internacional de la Juventud y queda más que claro que esa juventud ProVida y ProFamilia es posible en Guatemala y, no solo eso, también es necesaria. Los jóvenes están cansados de escuchar discursos repetidos y aprendidos, de falsos defensores de los derechos humanos, de falsas promesas de gobierno. Están cansados de que se les considere una “generación perdida”, que se crea que no pueden cambiar el país por su edad. Los jóvenes ProVida quieren un país que respete la vida y los verdaderos derechos de todos los guatemaltecos. Y si por ello van a ganarse enemigos, van a ser atacados y perseguidos, no importa. Asumen ese reto también porque están seguros de que su valentía y compromiso con la vida, la familia y la libertad son el motor que sacará adelante a su amada Guatemala.

¿Te apuntas?

Si deseas ser parte de AFI Joven, el brazo juvenil de Asociación la Familia Importa, formarte y servir activamente en la causa ProVida y ProFamilia en Guatemala, comunícate a las redes sociales de la organización: @afijovengt.

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