Una historia de 32 años / Galería EL ATTICO imagen

La evolución lleva a la galería de arte El Attico y los servicios que presta a las plataformas. Los cambios siempre son buenos y este es radical.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Aprovecho el espacio para compartir algunos recuerdos. El 13 de abril de 1988, Luis Humberto Escobar y yo, abrimos la galería de arte El Attico. En contra del estudio de mercado que nos recomendó no abrirla, la inestable situación política y otras circunstancias particulares, estrenamos nuestro espacio con grandes firmas como las de Dagoberto Vásquez Castañeda, Ana María de Maldonado, Elmar René Rojas, Manolo Gallardo, José Luis Álvarez y Ana María de Rademann, entre otros. Años más adelante, hacia 1992, comenzamos a conformar el centro de documentación.

No sé a ciencia cierta en qué momento dejamos de ser una galería de arte para convertirnos en un centro cultural y una alianza estratégica efectiva de instituciones como Juannio, la Subasta Rotaria, el Instituto Guatemalteco Americano, la Fundación Paiz, el Museo Hotel Casa Santo Domingo, la Fundación G&T Continental, la Fundación Rozas-Botrán, Asociación Artista del Año, Banco de Guatemala, la Asociación de Museos de Guatemala, ICOM y varias universidades, solo para mencionar algunas entidades educativas que el centro de documentación ha apoyado con sendas investigaciones y diversidad de publicaciones en libros, catálogos, artículos y separatas. Ello, sin contar el programa educativo sobre el rescate, protección y difusión de la obra artística de Guatemala y, por supuesto, la intensa actividad teatral patrocinada por nosotros.

Tres décadas y dos años más, que hemos fluido desde múltiples senderos a partir de nuestra sede que siempre funcionó como punto de encuentro. No voy a mencionar con nombre la cantidad de artistas emergentes, hoy consolidados, que dieron sus primeros pasos en El Attico y la palanca que este representó en el despegue de sus carreras ¿y de grandes maestros? Pues los tuvimos a todos.

Con nostalgia, Luis y yo, nos despedimos de nuestra sede física en la zona 14 para empezar a operar desde las plataformas virtuales a nuestra disposición. Este cambio obligó a trasladar nuestro centro de documentación, para integrarlo a otra biblioteca de arte que ya lo enriquece en diversidad de tópicos, y replantear los servicios que presta al público. En este, por supuesto, seguiremos publicando los frutos de las investigaciones surgidas en sus entrañas.

Desde nuestra nueva dirección www.galeriaelattico.com exponemos ya, virtualmente, las obras de los artistas que trabajan con nosotros. También informamos que seguimos prestando servicios como el cotejo de inventarios, valuaciones de colecciones particulares, peritajes, diversidad de registros técnicos y científicos para múltiples usos, la organización de exposiciones en otras salas, en fin. En otras palabras, no nos estamos despidiendo, solamente evolucionamos hacia nuevos derroteros. Tenemos un número de WhatsApp -45799170- por si quiere mandarnos un mensaje. Solo me queda agradecer a nuestros amigos el apoyo que siempre nos han brindado y la manera como han respondido a nuestros proyectos.

Siempre es bueno adaptarse a los cambios y lo que estos significan. El futuro pareciera desembocar en el espacio paralelo virtual y más tarde, o más temprano, viviremos como lo proponían las caricaturas de Los Supersónicos en los años 60. 

Visitanos aqui: El Attico

 Les recuerdo, visiten nuestro sitio.

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