Quiero iniciar este artículo con una sencilla pregunta: ¿Qué es el poder?
Seguramente la primera respuesta que vendrá a su mente es que poder es el poder y le será difícil describir a cabalidad el término. Bueno, si analizamos un poco más, el poder en esencia es algo intangible –salvo el poder militar, que se demuestra en cualquier momento.
El poder es innato del hombre, todo ser humano desea tener una cuota de poder, ya sea para mandar en su propio reino –que es el hogar–, en su empleo, o validar su opinión, etcétera.
Tenemos la necesidad natural de dominar la naturaleza o dominar a nuestros semejantes, pero históricamente la única manera de hacerlo fue la fuerza bruta o militar. En la actualidad, la manipulación es más poderosa que las balas, ya que regresamos al origen mismo del poder.
El primer conocido fue la manipulación por medio de los poderes ocultos.
Analicemos el Efecto Trump, la manipulación mediática y los poderes mágicos otorgados a este mortal.
Entender por qué Donald Trump ganó la presidencia de Estados Unidos es complejo, pero en términos básicos y sencillos fue: aburrimiento de la misma política, las mismas prácticas, los mismo rostros políticos. Era necesario un cambio, uno que podía ser bueno o malo, pero cambio al fin.
Lo primero que debemos entender es que para una elección política es más fácil que gane un diablo conocido que un santo desconocido, porque la popularidad mueve a las masas y hará que actuemos como grupo de tendencia y no como pensamiento individual.
Todo gran líder necesita un gran poder que sea inexplicable. Pero este poder no puede ser físico, se corre el riesgo de que alguien más fuerte gane, alguien que puede ser más alto, más veloz, mejor parecido, etcétera. Este poder magnánimo tiene que provenir del miedo más profundo a lo desconocido o de la incomprensión de lo divino.
Si usted cree que las coincidencias se dan al azar y sin motivo, permítame decirle que quien lo esté manipulando está haciendo un gran trabajo.
Todo gran líder necesita de esa cuota de poder mágico para gobernar y mantener la cabeza pegada a sus hombros. La envidia es el mayor enemigo del poder.
El hombre que volvió de la muerte
Aquí un caso histórico de cómo un poder mágico puede manipular a las masas y restituir un gran poder.
Napoleón Bonaparte era un hombre que no admitía derrota. Después de la batalla de Rusia en 1812, en la cual fue derrotado, la vida perdió sentido para el Emperador francés. Su famoso Imperio se venía abajo.
A partir de la derrota en Rusia, Napoleón llevaba en su pecho un amuleto, el cual contenía veneno: una mezcla con opio, belladona y eléboro, el cual decidió tomar la noche entre el 12 y el 13 de abril de 1813.
Sin embargo, el intento del Gran Corso de Francia por quitarse la vida no logró su propósito; el veneno, en cambio, le provocó vómitos y un espasmo que impidieron su efecto y el Emperador sobrevivió.
Se salvó por una razón: Tomó el veneno suficiente para matar a 5 hombres, fue tan fuerte la dosis que el espasmo lo salvó. Esto, lejos de llevarlo a vergüenza nacional, lo llevó a recuperarse y a que grandes mitos sobre su poder se crearan a su alrededor. El gran Emperador era inmortal; el gran Emperador había regresado no solo de la muerte sino renacido en la derrota. Nadie podía cuestionar eso; era verdad vista por muchos.
Lo mismo sucedió cuando Hitler sobrevivó a los atentados.
El líder coreano y sus logros sobre humanos.
Todo líder necesita ese gran poder. Por tal motivo, el efecto Trump es tan interesante de estudiar y analizar, ya que solo nombrarlo puede hacer temblar a miles de inmigrantes. Cuando ganó se desplomó la bolsa mexicana y nadie dio crédito a lo sucedido. Ese poder de dominar las emociones positivas y negativas de millones de seres humanos es el Efecto Trump, un poder infinito pero inexplicable, hacer creer que es inmortal, que puede ser el anticristo, que puede decidir con una sola palabra el destino de la vida de miles, que su mirada es tan penetrante que podría expulsar en días a millones de Estados Unidos y repratirarlos.
¿Quién podría enfrentar al mayor de sus rivales, Vladimir Putin?
Este líder ruso, que es superior física e intelectualmente al Presidente americano, que monta osos, corre autos de fórmula uno, caza, que es alfa. Pero sigue siendo humano. Por el contrario, Trump es la reencarnación del mal supremo para muchos y la esperanza suprema para otros, pero todo el efecto manipulador es efectivo si tiene esa aura de poderes especiales.
México prepara a su nuevo líder para el nuevo sexenio, alguien que esté a la altura del poder económico y no tenga miedo: Carlos Slim. Sería la tendencia mundial de buscar nuevos líderes que ya hayan alcanzado el éxito sin la necesidad de estar en la política; el antihéroe mexicano, que se espera defienda las fronteras, la dignidad y la economía del pueblo.
Este mismo efecto lo puede aplicar en su entorno, creando la imagen de poseer una inteligencia privilegiada, conocer a los más poderosos y ser capaz de conseguir favores de estos para terceros. Todo lo inexplicable funciona bien, todo lo que sobre el entendimiento funciona bien, todo lo que genere emociones profundas en otro ser humano funciona bien; salvo el enojo, que se puede transformar en ira y hacer perder la cuota de poder. Por tal motivo, cuando se llega al enojo una muestra de poder absoluto es necesaria.
Por último, las personas deben creer que la alabanza, el seguir a este líder de manera incondicional, el respetar y acatar sus órdenes es la única manera de alcanzar la felicidad o evitar un castigo. No importa si el líder lo ve o no lo ve, lo importante radica en la mente de otros que incluso se auto castigaran por ser lo correcto.
Entonces Trump es un ser humano al igual que otros, pero con una gran cuota de poder, que se rige a muchos lineamientos e intereses. Es decir, es un Presidente, no un monarca con poderes absolutos, pero la imagen de manipulación creada ya produce miedo, éxodos, planes de fuga, contingencia, temor mundial.
Seguramente, en los próximos meses será asociado con sectas secretas o algo que incremente su misterioso poder.
Pero lo más peligroso de todo este efecto es la pérdida de la esperanza. Ya se piensa que todo está perdido, que nada se puede hacer y que se debe aceptar cualquier destino sin protestar, que el mal triunfó y ahora solo queda la resignación.
Ese es el verdadero Efecto Trump, alterar las emociones más profundas de millones de seres humanos, hacer que pierdan su capacidad racional y aflore su instinto emocional haciéndolos presas fáciles de cualquier información que manipule sus acciones. Así es como se escribe la historia con fantasías manipuladoras; bienvenidos al nuevo siglo de la conquista mundial de la mente y la voluntad.
Así es como la manipulación se da y afecta a muchos. Mi consejo es que no tenga miedo, las políticas americanas tienen planes de contingencia contra y para todo. Ellos saben cómo reaccionar ante un ataque nuclear, qué hacer si se da un colapso económico o si su Presidente se vuelve demente y quien lo sustituirá.
Su temor y preocupación le da poder.
Su fanatismo le da poder.
¡Su sensatez se lo arranca!